Matar la cultura
Una víctima fácil, debido al desprecio institucional, quasi mundial, ha sido la cultura. La cultura, en cualquiera de sus formas, literatura, pintura, danza, escultura, no ha sido, y ahora lo es menos, prioridad política. ¿Trump y Bolsonaro habrán cobijado entre sus manos un libro?; ¿qué leerá Putin para hacer lo que hace?; ¿quiénes son los gurús de Netanyahu para seguir pensando como lo ha hecho durante décadas?