Hacia el final de la novela, el malogrado autor —murió en un accidente automovilístico— explica que el doctor Bernard Rieux, héroe de la narración, no se unió a la celebración masiva tras el anuncio de la finalización del reino del terror impuesto por la peste:

Estudiar en el extranjero suma, no  resta. Conocer puntos de vista  de profesores extranjeros  favorece, no interfiere. Es penoso y alarmante  el silencio  de  los miembros del gabinete de AMLO

Una víctima fácil, debido al desprecio institucional, quasi mundial, ha sido la cultura. La cultura, en cualquiera de sus formas, literatura, pintura, danza, escultura, no ha sido, y ahora lo es menos, prioridad política. ¿Trump y Bolsonaro habrán cobijado entre sus manos un libro?; ¿qué leerá Putin para hacer lo que hace?; ¿quiénes son los gurús de Netanyahu para seguir pensando como lo ha hecho durante décadas?

La pandemia ha modificado la forma de morir y los ritos asociados al último proceso. Muchas desgracias concomitantes se sumaron. Enlisto tres. 1) El número de muertos y la rapidez de los eventos rebasaron la capacidad de panteones e incineradoras. 2) En ocasiones no fue posible localizar a los allegados. 3) La prisa para disponer de los cadáveres fue, y siempre lo será, un suceso maligno. Covid-19 expuso nuestras debilidades y mancilló nuestro orden.