Las crisis, de cualquier tipo, son una suerte de termómetros: despiertan solidaridad y muestran las mejores y las peores caras de las personas

Cuando se tuercen las prioridades y la fidelidad se enfoca hacia centros hospitalarios, laboratorios clínicos, gabinetes radiológicos o colegas, aunque sean poco sagaces, la ética médica, espacio fundamental, queda en entredicho.