Cine: Morir con dignidad
Acompañar y precipitar la muerte voluntaria es un acto humano, amoroso. Despedirse de la vida cuando uno sigue siendo persona es idóneo; no aguardar a convertirse en restos humanos es la meta.
Acompañar y precipitar la muerte voluntaria es un acto humano, amoroso. Despedirse de la vida cuando uno sigue siendo persona es idóneo; no aguardar a convertirse en restos humanos es la meta.
¿Tienen derecho los dueños del mundo y de las vidas de millones de seres humanos de modificar a su antojo, necesidad y gusto la política de periódicos señeros?
Hablar en la actualidad de sentimiento moral como característica de la especie humana es equivocado; hacerlo a nivel individual es correcto: hay, por fortuna, suficientes seres humanos “buenos”, investidos por conductas éticas
La austeridad republicana fue nociva; la falta de insumos básicos en hospitales afecta a enfermos y a médicos. Se efectuaron 20 millones menos de estudios de laboratorio clínico que durante el sexenio del fugado y nauseabundo Peña Nieto.
Mientras siga poniendo en primera línea su soberbia, los muertos y la destrucción persistirán. Lo mismo sucederá con el antisemitismo en el mundo: seguirá reproduciéndose.