A lo largo de la historia las fallas en el suministro de luz han provocado caos en las grandes urbes y la CDMX no es la excepción. En 1909 una descompostura de la presa Necaxa motivó un apagón que paralizó a la capital varios días; fábricas y tranvías, entre otros, suspendieron labores. En 1965 y 1970 la falta de semáforos causó cuellos de botella y gente atrapada en elevadores y vagones del Metro