Renuente el nuevo gobierno a vender las plantas de fertilizantes adquiridas por Petróleos Mexicanos en el hipotético de utilizar la producción en sus programas de apoyo al campo, la carga sobre los hombros de la empresa productiva del Estado se vuelve insostenible. Solamente una de ellas, Fertinal, le ha provocado pérdidas por 11 mil millones de pesos

Colocada en la mesa una amenaza de la calificadora de deuda Fitch Ratings de degradar la calidad crediticia de Petróleos Mexicanos al no convencerle el plan para su rescate, el presidente Andrés Manuel López Obrador vetó, de facto, la posibilidad de una reforma que enrarecería aún más el ambiente hostil de los mercados hacia la empresa productiva del Estado

Colocado como Talón de Aquiles frente a las expectativas de crecimiento económico del nuevo gobierno el incierto en el flujo de inversión privada, ayer el poderoso Consejo Mexicano de Negocios abrió una senda de contribución privada con la creación de un Consejo para Fomento de Inversión, Empleo y Crecimiento, en un marco de coordinación con la Presidencia de la República

Levantado el grito al cielo ante la revelación de que el gobierno guarda en fideicomisos asentados en bancos de desarrollo el escándalo de 830 mil millones de pesos, los focos de alarma se encendieron ante una declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador de que su gobierno recuperaría el dinero, ante la posibilidad de un colosal efecto dominó.

Planeada la alternativa desde hace un lustro en su exilio dorado de Canadá, al líder minero Napoleón Gómez Urrutia le cayó del cielo la candidatura a senador plurinominal de Morena para hacer efectiva su pretensión de crear una Confederación Internacional de Trabajadores en la que cupieran organizaciones de Estados Unidos y Canadá

Si en 1993 México tenía balanzas comerciales deficitarias con nueve países para sumar un déficit de 11 mil 894 millones de dólares, en 2017 el desequilibrio había crecido a 36 naciones, con un saldo desfavorable de 54 mil 701 millones. Y aunque podría pensarse que el país se volvió devoto de las importaciones, la realidad es que se menguó el espíritu exportador.

Aunque el asunto está en manos de la Comisión Federal de Competencia, algunos esperaban en la mañanera de ayer, cuyo cartel hablaba de daños a la Comisión Federal de Electricidad, que surgiera el apellido Peralta y la empresa IUSA en el punto final de una investigación por simulación en la venta de medidores de luz. Una empresa con doble cara.