Hace algunos años vi un letrero en la pared que describe con precisión mi sentir: “Yo no caí en la universidad pública. Ella me levantó, me abrazó, me enseñó sueños colectivos y me cambió para siempre”.

La investigación es una pasión, una forma de vida, que nos da frustraciones a veces y otras la satisfacción de descubrir fenómenos que no habían sido antes observados, nuevas preguntas.

Desde la academia y desde la gestión administrativa, he visto que servir a la Universidad es aportar al crecimiento de México.