El árbitro César Ramos Palazuelos consideró que representar a México en la Copa del Mundo de Rusia 2018 es un honor, ganado sobre todo por el trabajo realizado en cada cancha y en cada juego por los silbantes nacionales.
Ramos Palazuelos, quien irá acompañado por Marvin Torrentera y Miguel Hernández a la máxima justa de futbol, abundó que es producto del trabajo no solo de manera individual, sino de todo el seno del arbitraje, el cual ya tiene un reconocimiento internacional por la manera de llevar los juegos.
“Es también el trabajo de la comisión, de los preparadores, de los psicólogos, todo lo que conlleva a un árbitro, no solo es una cancha ni 90 minutos, son meses y meses de trabajo, más las charlas técnicas”, sostuvo.
Ramos refirió que el árbitro mexicano está preparado de la mejor manera para enfrentar una liga como la del país, “es una liga muy competitiva, muy fuerte y con muchos extranjeros, la mayoría seleccionados nacionales de sus países, y eso hace que cuando se va a otros torneos se tenga un plus”.
Agregó que la preparación es fundamental para llegar en las mejores condiciones a la Copa del Mundo y en estos seis meses debe haber un trabajo intenso que va desde la preparación física hasta lo académico, con cursos, “no puedes decir qué es lo que se quiere, sino que se debe trabajar”.
Para llegar a la final, expuso, en el futbol se dan las cosas de manera paulatina, “no puedo futurear, depende de 90 minutos; en todo torneo es precioso tener el primer partido, desde que te metes al curso lo sueñas y se empieza a construir desde ahí”.
Descartó que un árbitro se ponga nervioso ante un juego de Copa del Mundo, “para nada, lo que se tiene que hacer es ver que es un juego, es un deporte y tomarlo de esa manera”.