La afición tricolor no podía despedir a sus seleccionados sin sacar el cobre.

Aparentemente, no hay campaña de la Federación Mexicana de Futbol que pueda acabar con el grito del “¡Eeeh, puuuto!”, a pocos días de que arranque la Copa del Mundo Rusia 2018.

Pese a la armonía que reinó en el Estadio Azteca, donde los aficionados mexicanos no perdían la oportunidad de tomarse fotografías con los seguidores escoceses, quienes lucieron sus tradicionales kilts, hubo quienes exhortaron a mostrarse con respeto antes de pasar por los torniquetes.

“¡Eeeh… Paz en el mundo!”, decía la cartulina de un grupo de aficionados. Pero, la polémica expresión no tuvo tregua en las gradas.

No sólo fue un grito, sino hasta ocho que trataron de intimidar el despeje del guardameta Jon Mclaughlin.

Fiesta en la que no evitaron el insulto, catalogado por la FIFA como grito homofóbico.

No importó cuántas veces los letreros de publicidad en el estadio anunciaran: “Cantar Puto no te hace más mexicano, ayúdanos a evitar una sanción… súmate” y “El problema no es que cantes, sino la palabra que utilizas”. A la fanaticada mexicana poco le importa la multa que recaiga en la FMF y en la imagen hacia el extranjero.

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