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Samara.— Juan Carlos Osorio vio el juego que quería ver. Para el colombiano, la Selección Mexicana tuvo posesión de la pelota y eso habla de que tuvo el control del duelo. Pero todo eso falló porque Neymar se tiró muchos “clavados” y el árbitro (Gianluca Rocchi, de Italia) le aguantó todas sus “payadas”, definidas así por el estratega, quien —por cierto— dejó en el aire su continuidad en el Tricolor.
“Me parece que tuvimos un partido de mucha posesión y me sugiere que tuvimos control del juego”, dijo —de entrada— el colombiano, quien llegó muy sonriente a la rueda de prensa después del juego en el que México fue eliminado por Brasil, en los octavos de final de la Copa del Mundo, ronda en la que se ha quedado fuera —de manera ininterrumpida— desde el certamen de Estados Unidos 1994.
Y, sin respirar, se fue contra los silbantes: “Desafortunadamente, es una vergüenza que se pierda tanto tiempo en un jugador [Neymar. Aunque no lo dijo, todos sabían que se trataba de él] y tiene mucho que ver con el arbitraje. Mis jugadores se cansaron de eso y eso no es un buen ejemplo para el futbol, porque es un juego de virilidad y de hombres, no de tanta payasada”.
Los reporteros brasileños se sorprenden, algunos se burlan, y alguno pregunta “¿Habla de Neymar?”.
Osorio es directo, se le encienden los ojos: “Yo nunca mencioné a él... El árbitro permitió muchas faltas que se estuvieron fingiendo. No es posible que retrase el juego cuatro minutos por un jugador. Fue un contacto muy reducido y —cada vez— el árbitro paraba el partido”.
El colombiano mejor volvió a hablar del partido, fuera de las faltas y clavados: “Jugar mano a mano contra Brasil habla bien de la postura y actitud de México. Creo que nos faltó la eficacia y esa calidad extra que tienen ellos en el último tercio”.
Pero reiteró: “Haberles competido habla bien del futbol mexicano y es un proceso donde se debe continuar teniendo más jugadores en Europa para que compitan contra los mejores”.
Mas hay algo que queda en el aire. ¿Qué será del futuro de Osorio? ¿Pedirá seguir en la Selección Mexicana? ¿Espera que se lo pidan? ¿Los directivos quieren que se quede?
El sudamericano se sale por la tangente: “Eso es lo menos relevante. Se perdió un juego importante, que nos duele, y habrá que darle el luto correspondiente. En los próximos días habrá una decisión de mis jefes y una mía... Ya lo sabrán”.
Para cambiar el tema, habla del futbol mexicano, de su futuro, en el cual se resiste a asegurar si él estará presente.
“En la medida que se exporten más jugadores y compitan contra los mejores, la Selección tendrá ese salto de calidad”, afirma.
Y llegó el momento de decir adiós... pero a sus futbolistas: “Quiero darles las gracias, porque son fantásticos y es algo increíble. Lamento no haber conseguido el objetivo, pero creo que son los mejores del mundo”. Lástima que no lo demostraron cuando debían.