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Moscú.— Y después de todo, llegó a la Copa del Mundo. Por diferentes circunstancias, no es el personaje que más confianza genera entre la afición, pero es quien tiene en sus manos y mente la posibilidad de cambiar la historia de México en los Mundiales.

La Selección Nacional abre su participación en Rusia 2018 y, para ello, Juan Carlos Osorio tendrá que disponer de lo mejor que tiene, y no en cuanto a los futbolistas, sino en conceptos, ideas y metodología. La ventaja que tiene el director técnico colombiano es que, ante las pocas expectativas que se tienen de este primer juego ante Alemania, lo que puedan lograr es realmente ganancia.

Claro que, para él, todo lo hecho al momento ha sido positivo: “En lo personal, ha sido positivo, hemos velado por el presente y el futuro del futbol mexicano”. Sin embargo, en el presente tiene una asignatura pendiente, la de trascender en un torneo durante su fase de eliminación directa...

Solamente le queda el Mundial. Después se irá, por decisión propia o de la Federación Mexicana de Futbol, pero no habrá más Osorio para ese futuro del que habla. Ante eso, dejar la mejor imagen o ganar bonos ante posibles empleadores debería ser otra de sus motivaciones, aunque la principal, sin duda, debe ser la de trascender.

Esa debería ser la palabra en sus camisetas, en su mente y, de ser necesario, hasta tatuársela en la frente. Y para lograrlo, debe convencer a un grupo de futbolistas cuya mayoría ya ha estado en esta competencia y no ha logrado algo: “Espero que esos jugadores contribuyan inmensamente y positivamente al equipo. Ahí, ustedes [prensa] tomarán y decidirán si mi gestión ha sido o no positiva para el futbol mexicano”.

Solamente el tiempo lo dirá.

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