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El martirio de los aficionados mexicanos en Rusia
Un verdadero calvario es el que han vivido algunos aficionados mexicanos que han llegado hasta Ekaterimburgo para ver a la Selección Nacional jugar este día ante Suecia.
Les ha pasado de todo. Primero, que los vuelos se retrasan no minutos, sino horas; después, que las maletas no llegan o —sí lo hacen— están abiertas, revueltas y, para acabarla, no hay habitaciones disponibles en los hoteles, o las reservaciones no son respetadas. Hay mexicanos que estuvieron toda la noche buscando dónde quedarse y otros de plano mejor se metieron a un bar a ver el Nigeria-Argentina y amanecérsela para así llegar en vivo al juego del Tricolor. Al final, para todo hay solución.
Desorganización con asignación de lugares en el Mundial
Algo pasa con el boletaje distribuido por la FIFA. Aún cuando aficionados tienen sus entradas con lugares numerados, no logran llegar hasta ese sitio en los estadios y tienen que ver los partidos de pie.
Pero eso no es todo. Los ánimos se calientan cada vez más en algunos partidos y con aquellos aficionados que gustan verlos de pie, por lo que no permiten tener una buena visión del campo a los que están atrás sentados. Para colmo, los voluntarios y elementos de seguridad que utilizan en las distintas sedes son tan jóvenes que los aficionados comienzan a gritarles y se quedan petrificados. Lo malo es que este tipo de episodios han estado cerca de detonar en violencia y los muchachos no están listos para evitarlo.