Moscú.— Stanislav Cherchésov pareciera haber dejado las expresiones en el vestuario del estadio Luzhnikí. Era como si al técnico de Rusia le hubieran sentado en un bloque de hielo para dar la conferencia previa al duelo, por los octavos de final, contra España.
“No es una presión [el juego de hoy]. Es como un examen. Si lo haces bien, pasas”, dijo el estratega, cuya labor generó muchas dudas antes del inicio del Mundial, pero ahora las ha transformado en la ilusión de poder seguir adelante, sin importar las dificultades que representa el rival.
Algo que expresa bien el atacante Denis Cheryshev, quien aseguró que el partido ante los españoles, campeones del mundo en 2010, “tiene que ser una fiesta, sobre todo para la gente, que disfrute con su selección. Vamos a intentar y dar todo lo que tenemos. Debemos ser responsables de que jugamos en casa, pero estamos tranquilos y preparados”.
El jugador, quien ha marcado tres goles en la Copa del Mundo y curiosamente juega para el Villarreal de España, añadió que no piensa en ser el héroe de esta llave: “Lo importante es que nuestra selección siga adelante y eso tiene que ser lo principal”.
A Cherchésov le vinieron encima duros cuestionamientos por la derrota ante Uruguay. “Y claro que estábamos frustrados”, dijo.