El 4 de enero pasado, un incendio afectó los cubículos del edificio del reactor nuclear de la Unidad 1 de, pero el sistema de alerta contra el fuego no funcionó adecuadamente.

Una falla eléctrica en un equipo de aire acondicionado del sistema que maneja la generación de vapor provocó las llamas, que se extendieron por cuatro horas, mucho más de los 15 minutos de control estipulados en los lineamientos de seguridad, según se muestra en el reporte de condición 132028, un documento que aborda irregularidades de operación en la (CNLV) consultado por este reportero. Al final, el personal controló el área afectada.

Además, en mayo de este año la central emitió dos reportes especiales debido a una diferencia entre el número de detectores térmicos operativos instalados en los edificios del reactor y de control, y los indicados en las Especificaciones Técnicas de Operación (ETO), los lineamientos precisos que rigen el funcionamiento de la generadora, según la inspección OI-06/23-LV1 de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS). Estos documentos fueron obtenidos por la ley de transparencia.

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Laguna Verde se encuentra en Veracruz, y desde que se construyó ha reportado serios problemas de seguridad, principalmente de mantenimiento adecuado. Foto Archivo
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Por ello, la dirección de la planta debía establecer una patrulla de vigilancia para inspeccionar cada hora las áreas en donde hay sensores inoperantes.

La diferencia entre los detectores térmicos es grave porque un juego completo permite la vigilancia integral de las áreas bajo monitoreo.

Los problemas en Laguna Verde, en Veracruz, han sido recurrentes a lo largo de los años. Varios de estos son atribuibles a defectos de construcción, falta de repuestos y presupuesto. También a la falta de mantenimiento, especialmente de aquellos equipos vitales para el funcionamiento óptimo de la central, cuyos reactores generan 3% de la energía neta del país.

Si bien en la última década la planta ya sufría de fallas, estas se agudizaron desde 2019 con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y la operación de Manuel Bartlett Díaz en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), al grado que la CNLV ha registrado acontecimientos serios, como fugas de combustible en los generadores diesel que proveen de energía en caso de emergencia, paros forzados y pérdida total de energía externa.

La CNLV cuenta con dos reactores (Unidad 1 y 2) y es la única de su tipo en el país.

En un informe de auditoría de junio de 2019, la CNSNS, órgano desconcentrado de la Secretaría de Energía (Sener), ha reconocido la existencia de incorrecciones frecuentes en Laguna Verde desde los inicios de su operación comercial. Empero, en 2020, en plena pandemia de Covid-19, y también en 2022, la Sener renovó las licencias de operación de los dos reactores de la planta por otros 30 años.

Se buscó a la CFE para conocer su opinión sobre el tema, pero no hubo respuesta.

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Son más de tres décadas de miedo de la población. Durante su historia ha habido diversas protestas. Foto: Archivo El Universal
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Para más tarde

Una práctica usual en la central es el aplazamiento del mantenimiento preventivo. Una inspección desarrollada por la CNSNS entre julio y agosto de 2023 concluyó que el porcentaje de atención a equipo crítico en los primeros meses del año pasado registró un nivel menor al de la industria mundial.

Entre noviembre de 2022 y marzo de 2023 esa tasa rondó 94%, cuando el promedio trimestral de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, en inglés), el grupo de dueños de plantas atómicas y a la que pertenece CFE, se situó en 97.65%. En febrero, ese indicador totalizó 93.27% y en marzo, 93.98%.

Una actividad central consiste en la identificación y resolución de problemas que degradan el desempeño de la central o de toda la planta. Los principales conflictos recaen en aquellos que se pueden solventar en menos de 18 meses. Pero en julio último había ocho sistemas bajo observación, algunos desde 2015, como el caso del programa de recuperación de bombas del Sistema de Agua de Servicio de la Turbina.

Historia de problemas

Una de las crisis más grandes en Laguna Verde estalló en 1999, cuando Greenpeace México obtuvo un examen de WANO que reveló la existencia de áreas gerenciales y organizativas débiles o ignoradas, al punto de encaminarse a la “falla institucional”. Entonces, se evaluaron 37 actividades que presentaron más de alguna deficiencia.

Gustavo Ampugnani, director ejecutivo de Greenpeace México, aprecia mejoras en la situación de la planta, pero advierte de problemas persistentes.

“Lo que estamos viendo es lo que siempre pasa: hay muchos problemas. Han pasado casi 25 años [de la revelación del informe de WANO] y todavía el funcionamiento sigue estando enmarcado en una situación de opacidad en seguridad, generación de residuos. No estamos en la misma situación que hace 25 años, fruto de todas las denuncias hechas, pero sigue siendo difícil acceder a información”, critica el activista.

Rubén Dorantes, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, campus Azcapotzalco, resalta que la corrosividad generada de la radiación combinada con la humedad conducen a la degradación.

“Por eso lo fundamental es el mantenimiento. En México, la cultura es que no le damos mucha importancia a la prevención, sino al mantenimiento correctivo cuando se presenta la falla. No se sabe hasta qué punto se aplica el mantenimiento preventivo [en Laguna Verde]. El riesgo es que se desencadenen otras fallas, porque hay equipos que dependen de la operación óptima del material que no se revisó o cambió”, advierte en entrevista.

Las fallas pululan. La inspección OI-04/23-LV2, desarrollada por la CNSNS entre agosto y septiembre de 2023, da cuenta de que desde enero de ese año el sistema de radiocomunicación en las instalaciones de emergencia del Plan de Emergencia Radiológica Externo (PERE) se hallaba inoperable.

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Lo mismo sucedió con la telefonía satelital desde diciembre de 2022. De haberse registrado un suceso serio, no habría habido forma de aviso rápido en la instalación y sus alrededores.

El 18 de agosto la planta operó durante cuatro horas sin sistema de alarma debido a una falla eléctrica, según la inspección OR-03/23-LV2.

Otros dos fenómenos comunes son los paros forzados (Scram, en inglés) y las caídas de potencia.

Entre abril y julio de 2023, la U2 sufrió tres paros forzados por diferentes causas, y se registró otro más en octubre por una falla en las bombas del sistema de recirculación o reúso de agua. El estándar de WANO estipula uno anual.

A lo largo de 2023, y a inicios de febrero pasado, la CNLV ha padecido caídas de potencia, como lo muestra el Observatorio de Transición Energética de México.

A pesar de la evidencia sobre las fallas recurrentes en la CNLV, la Comisión Federal de Electricidad insiste, sin demostración alguna, que la planta opera con seguridad y eficiencia.

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Medio ambiente, la duda

Una de las mayores preocupaciones en la región donde opera Laguna Verde radica en las emisiones al ambiente. CFE asegura que son muy bajas e inocuas.

Desde 2007, las dosis por los líquidos que proceden de plantas industriales vienen en aumento, según el Informe nacional sobre los compromisos ante la Convención de Seguridad Nuclear 2019-2021, presentado por Sener en agosto de 2022.

Hasta 2017, los niveles de radiación en los sistemas primarios de la U2 fueron cinco veces el promedio de los reactores de agua hirviente estadounidenses (BWR, en inglés), similares a los de la CNLV y en la U1, más de tres veces.

La generadora ha logrado la reducción de la exposición de los trabajadores a radiación, gracias a la aplicación de un método de limpieza con un dispositivo ultrasónico.

En 2020 México registró la mayor dosis colectiva promedio entre los países que poseen reactores BWR, según el Sistema de Información sobre Exposición Ocupacional, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Organismo Internacional de Energía Atómica, agencia de la Organización de Naciones Unidas.

De hecho, el indicador saltó entre 2018 y 2020, a tono con las fallas reportadas en ese periodo. La tendencia era creciente desde 2011.

La dosis colectiva es alta por deficiencias como fugas de vapor y desperfectos en bombas de los sistemas de limpieza de agua que usa el reactor y el manejo de desechos radiactivos.

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