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A toda velocidad conducían dos sujetos a través de la carretera estatal número tres de Mexicali, Baja California. Su prisa en medio de una madrugada calurosa, en fin de semana, llamó la atención de los agentes municipales. Les dieron alcance hasta marcar la parada. Los tres oficiales se acercaron a pedir que se identificaran. Ambos delataban sus rasgos orientales. Nada raro en dicha ciudad, en la que existe ese registro migratorio desde principios del siglo pasado.
Cuando comenzó la inspección, los oficiales se percataron de una bolsa en la cual permanecía un producto de “carne seca”. Ahí estaba “la joya”, esa que se ha traficado de manera trasnacional y puede llegar a ser más cara que la cocaína, como documentó EL UNIVERSAL en diciembre de 2016.
Se trataba de tres vejigas natatorias o buches de totoaba, una especie endémica del Alto Golfo de California clasificada en peligro de extinción, de acuerdo con el expediente al que tuvo acceso este diario, y que son traficadas por organizaciones criminales para ser devoradas en platillos excéntricos por las élites asiáticas y mexicanas.
Esa madrugada del 17 de agosto de 2014, Yuan Chao Li y Zhan Yin Zan hablaban un español legible con acento chino e incluso con groserías regionales de Baja California. Ambos fueron esposados y presentados ante las autoridades. Una vez que llegaron ante estas fue como si les hubiera dado amnesia, pues solicitaron un traductor de “chino mandarín no común”, para lo cual tardaron horas en el Ministerio Público. Los agentes no entendían nada. Sólo que hablaban de “un tal patlón”, según fuentes de la PGR, delegación Mexicali.
De acuerdo con la averiguación previa AP/PGR/BC/MXL/0834/2014/M-II, a pesar de que uno de ellos dijo tener ingresos de 5 mil pesos semanales y el otro no tener trabajo, pudieron pagar fianza y fueron liberados. Las detenciones no fueron reportadas a la prensa ni en boletines de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Aunque el tráfico de totoaba ha potencializado el descenso de la población de la vaquita marina, los esfuerzos del gobierno mexicano por combatir este contrabando parecen presentar fallas en el diseño, las cuales vienen contenidas en el informe internacional Hooked: How demand for a protected fish lined the pockets of cartels & sunk the future of an endangered species, elaborado por la organización no gubernamental C4ADS, con sede en Washington, al cual tuvo acceso exclusivo El Gran Diario de México. Dicha ONG retoma información publicada este diario en diciembre de 2016 sobre el tema.
En las conclusiones del reporte se destaca: “Ninguna de las restricciones del gobierno mexicano diseñadas para proteger a la totoaba y salvar a la vaquita [marina] tienen efecto, a no ser que estén respaldados por medidas de ejecución rápidas y decisivas […] Las incautaciones y las multas nunca han bastado y, ciertamente, no harán ninguna diferencia ahora”.
En entrevista, los autores del reporte señalan que a corto plazo, el paso más urgente que se necesita para proteger a la vaquita es definitivamente dedicar más recursos a la remoción de redes de enmalle del golfo. Aunado a ello, a mediano y largo plazo, también es importante realizar una auditoría de los recursos públicos que se dedican actualmente a la lucha contra el tráfico de totoaba y la protección de la vaquita. Saber cuánto se está gastando —y cómo se está gastando— sería fundamental para alejar fondos de esfuerzos comparativamente menos eficaces hacia aquellas estrategias que han demostrado ser más exitosas.
No se ha hecho lo suficiente
De acuerdo con los autores del informe, el seguimiento del uso de los fondos también ayudaría a identificar cualquier posible corrupción y, asumiendo que se tomaran medidas correctivas, reduciría el riesgo de que esta se presente en los esfuerzos de lucha contra el tráfico de totoaba. Las recomendaciones del reporte hacen una severa crítica a los esfuerzos del gobierno mexicano, destacando que no hay sentencias importantes a traficantes de alto nivel, un mapeo de organizaciones criminales, sistemas para evitar los riesgos de corrupción entre los funcionarios que combaten el tráfico de la totoaba, así como un escenario de incertidumbre en las comunidades pesqueras que viven en el polígono de la vaquita marina.
El reporte de C4ADS señala que “las limitaciones de recursos y la corrupción son obstáculos importantes para los esfuerzos en el golfo de California”. Entre las 22 recomendaciones que enlista la organización estadounidense, hay énfasis en “implementar un sistema para reducir los riesgos de corrupción dentro de las agencias gubernamentales encargadas de vigilar el Alto Golfo […] Independientemente del método aplicado, las posibilidades de que los funcionarios se corrompan en el golfo son demasiado altas”.
Mapear rutas
En el informe también se encuentra lo concerniente a la investigación de redes de delincuencia organizada del tráfico de totoaba. “Las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley en México, Estados Unidos y China deberían trabajar para mapear las redes detrás del tráfico”. Una vez con esa información, señala el documento, se deberá arrestar a los implicados, pues de seguir siendo una “prioridad baja, las redes de totoaba seguirán expandiéndose y profesionalizándose, creando una amenaza de seguridad más grande al sudoeste de EU”.
En una revisión de los 122 objetivos del gobierno de Enrique Peña Nieto, se identificó que entre los perseguidos por la Procuraduría General de la República no se halla ningún capo mexicano o extranjero de la totoaba. Las sentencias no son relevantes, como se documenta en el libro Tráfico de animales. Comercio ilegal en México, publicado recientemente por Ediciones B.
Otra de las recomendaciones abona en “procurar activamente” que sean procesados judicialmente los narcobucheros con el fin de que sean condenados. “A la fecha, no ha habido enjuiciamientos significativos de los traficantes de totoaba de alto nivel. Los delincuentes saben que enfrentan no sólo una baja probabilidad de ser atrapados, sino de prácticamente no recibir castigo por sus crímenes […] Para ello, las autoridades mexicanas deben perseguir activamente a traficantes conocidos y sospechosos e intentar que los casos de totoaba sean llevados a la corte”.
Cooperación México-EU-China
Seis maletas quedaron abandonadas en el Aeropuerto Internacional de Tijuana. Nadie reclamó el equipaje que se dirigía a Shanghái, China. Al abrirlo, los agentes de la Policía Federal hallaron 375 piezas de vejigas natatorias, valuadas en al menos 370 mil dólares, de acuerdo con un boletín de la Profepa. El vuelo había sido previamente cancelado.
En estas páginas se reportó en diciembre pasado que ésta es una de las rutas más importantes para la salida de totoaba del país mediante documentos y testimonios. A pesar de reportarse aseguramientos en esta vía y otras, la cifra negra de cuánto cruza al continente asiático es una incógnita. Cifras oficiales de la Profepa, obtenidas vía la Ley de Transparencia en diciembre de 2016, registran 4 mil 50 buches de totoaba asegurados en el periodo 2000-2016, con un valor monetario de casi 300 millones de pesos.
Entre las recomendaciones del tráfico internacional y la cooperación se resalta el trabajo colaborativo entre funcionarios de aduanas mexicanos y estadounidenses para entender cómo y por qué se trasladan las vejigas a Estados Unidos. “Los traficantes parecen haber encontrado una manera de evadir la detección en los cruces fronterizos de EU”.
También se señala la necesidad de educar a los funcionarios mexicanos, estadounidenses y chinos en el combate al tráfico de totoaba; capacitar perros rastreadores en los tres países para detectar vejiga natatoria en cruces fronterizos, puertos, aeropuertos y carreteras. Esto, en buena medida, se debe a la cercanía entre México y EU en la frontera con Baja California y Sonora.
En el caso del país consumidor y destinatario se apunta que se debe investigar a los importadores, minoristas y consumidores del producto. “Los importadores conocidos de totoaba deben ser investigados por Hong Kong. Al igual que en México y EU, las autoridades locales deben dejar claro que se dedican a combatir el tráfico de totoaba”.
También recomienda realizar investigaciones encubiertas en mercados y comercios de Beijing y Shanghái, con el fin de detectar quiénes están involucrados en la venta del buche; mejorar la vigilancia, especialmente en la provincia de Guangdong, donde “parece ser la región de mayor demanda”. La ONG estadounidense exhorta al gobierno chino a “investigar y enjuiciar a minoristas, mayoristas y consumidores de totoaba” así como prohibir y eliminar anuncios de portales electrónicos que ofertan el producto.
Compensación a pescadores
Uno de los principales objetivos del informe es visibilizar cómo el tráfico de totoaba ha provocado el descenso del único cetáceo mexicano endémico de la Reserva del Alto Golfo de California. Actualmente sobreviven menos de 30 ejemplares, de acuerdo con la organización WWF, la cual destacó en su nuevo informe que, de seguir las condiciones actuales, desaparecerá la especie antes de las elecciones presidenciales de 2018.
De acuerdo con los autores del informe, el tráfico de totoaba está cada vez más ligado al crimen organizado por lo que debe considerarse un crimen grave, junto con el lavado de dinero y el narcotráfico. Además, la pérdida de la vaquita o totoaba podría tener impactos ecológicos negativos en el golfo, lo que también podría dañar la economía pesquera regional a largo plazo.
Sobre el programa de compensación decretado por el presidente Enrique Peña Nieto para proteger a la vaquita marina, C4ADS apunta que aunque el actual programa es “defectuoso” al ser “fácilmente explotado por permisionarios para beneficio personal a expensas de los pescadores más pobres”, se debe continuar. Su ausencia puede sumar a pescadores a la captura de totoaba para proveer a sus familias. Proponen crear e implementar “alternativas de desarrollo de la pesca y programas de capacitación”.
Estas recomendaciones, así como rutas, modus operandi, lista de narcobucheros y las dinámicas de los países implicados en este contrabando están contenidas en el reporte de 86 páginas, elaborado por expertos de México, Estados Unidos y China, países que a partir de mañana participarán en la Primera Reunión Trilateral, en Ensenada, Baja California, para el combate al tráfico y demanda del pez totoaba.