El 8 febrero de 2012 fue la primera vez que el gobierno de Estados Unidos lanzó una alerta de viaje sobre Guerrero. Los focos rojos eran Acapulco, Zihuatanejo y Taxco. “Manténgase cerca de sus hoteles”, esa era la principal recomendación. Ese año, 8 mil 554 turistas estadounidenses llegaron, vía aérea, a las playas de Acapulco. En 2014, y con la alerta vigente, el número de visitantes de ese país bajó a 6 mil 206, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo. En dos años, el puerto perdió a 2 mil 348 de sus turistas estadounidenses.
Gráfico. Visitantes internacionales
Protestas sociales, ejecuciones, secuestros, violencia y las advertencias de Estados Unidos hicieron que los vacacionistas internacionales se alejaran del puerto. “No podemos desestimar las alertas, porque son instrumentos muy útiles para los turistas, (…) aunque no es lo mismo Punta Diamante, en donde hay condiciones de seguridad bastante aceptables, a otras zonas que están en la bahía y que son altamente riesgosas”, explica Pablo Álvarez Icaza, profesor de la Escuela Superior de Turismo del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Guerrero no ha logrado salir de esta lista y tampoco recuperar a sus visitantes internacionales, los cuales bajaron 50% entre 2008 y 2015. Sólo queda el recuerdo de las más de 250 películas de Hollywood que se grabaron en las playas de Acapulco.
Hoy el puerto sobrevive por los visitantes mexicanos. En 2016 se registró una ocupación hotelera de 5 millones 634 mil 530 turistas, pero sólo 2% fueron extranjeros, en su mayoría estadounidenses y residentes de Canadá.
El 22 de agosto de 2017 un nuevo destino turístico entró a la lista de focos rojos para el gobierno de Estados Unidos: Quintana Roo, estado considerado como uno de los lugares de descanso preferidos para los norteamericanos. Tan sólo en 2016, casi 4 millones de estadounidenses llegaron a las playas de Cancún, cifra que ha subido de manera constante desde 2012 y que está en riesgo si la violencia continúa.
“El efecto de la alerta no lo vamos a ver este año. Tenemos hasta 2018 para recuperar la percepción de seguridad o la situación se puede complicar. Necesitamos trabajar en conjunto con las autoridades para no aventarnos un balazo en el pie”, asegura Margarita Carbajal, presidenta de la Federación de Asociaciones Turísticas de Quintana Roo.
Turismo internacional
La Organización Mundial del Turismo (OMT) informó que México elevó su posición dentro del ranking de los 10 países más visitados, al pasar del noveno al octavo lugar. Al mismo tiempo, 2016 fue uno de los años en que los turistas internacionales gastaron más en territorio azteca: 19 mil 600 millones de dólares, según los datos del Banco de México.
Esta nueva posición en el ranking de la OMT responde a diversos factores, entre ellos la caída de un punto turístico tan importante como Turquía, sitio que tuvo un mal año y perdió 30% de sus visitantes en tan sólo 12 meses. La principal razón: los problemas de seguridad. Este país es un claro ejemplo de que la violencia de un territorio puede terminar alejando a sus turistas, dice Francisco Madrid, director de la Facultad de Turismo y Gastronomía de la Universidad Anáhuac. “El notable descenso de Turquía se debe a una sucesiva presencia de actos terroristas en los que, finalmente, el turista sí reconoce el riesgo y modifica sus patrones de búsqueda”, explica.
En 2016, México registró la entrada, vía aérea, de 16 millones de viajeros internacionales. Seis de cada 10, es decir 9 millones 600 mil, provenían de Estados Unidos. Enrique de la Madrid, secretario de Turismo, ha reiterado que la meta es que “en dos años México pueda escalar al séptimo lugar del ranking de la OMT”. Un pronóstico complicado si se toma en cuenta que el principal mercado, es decir el estadounidense, considera insegura la mitad del país.
Las llegadas norteamericanas se concentran en Cancún, Ciudad de México, Los Cabos, Puerto Vallarta y Guadalajara, según datos de la Sectur. “Aunque no se puede negar que hay un problema importante de seguridad, el hecho de que estas ciudades continúen siendo las más visitadas quiere decir que hasta ahora no hay una afectación grave derivada de las alertas”, asegura.
Además de los norteamericanos, los viajeros de Canadá, Reino Unido, Colombia y Argentina son las otras nacionalidades que más visitan México.
Bajo la lupa
Estados Unidos tiene un sistema mediante el cual alerta a sus connacionales sobre qué peligros pueden encontrar en México. Entre 2010 y agosto 2017 ha renovado estas advertencias en 21 ocasiones. Y es que tan sólo en 2015 y 2016 se tiene el registro de 168 estadounidenses asesinados en territorio azteca, de acuerdo con datos del Departamento de Estado del país del norte.
Las cuatro entidades que inauguraron este listado el 22 de febrero de 2010 fueron Chihuahua, Coahuila, Durango y Michoacán. Todos eran sitios que se caracterizaban por una fuerte presencia del crimen organizado.
Y aunque en 2011 también se incluyó a Puerto Vallarta, Jalisco, esto no le impactó de manera tan drástica como a Guerrero. El pequeño efecto se vio en 2013, cuando el número de visitantes de Estados Unidos apenas subió 3%, al pasar de 542 mil 718 a 556 mil 707. Esta secuela se disipó en 2014. En los últimos tres años, este destino turístico registró un crecimiento, en promedio, de 20% en cuanto a turistas estadounidenses.
La diferencia entre estos lugares es que “Acapulco tiene un componente muy conflictivo(…) al final, las alertas lo que hacen es ratificar lo que ya se sabe por los medios de comunicación”, asegura Álvarez Icaza.
A pesar de que cada año el gobierno estadounidense ha ampliado las zonas que considera de peligro potencial para sus ciudadanos, las alarmas no tocaban a sitios como Cancún, destino turístico preferido por los estadounidenses y al cual, en los últimos cinco años, llegaron, en promedio 3 millones de norteamericanos para vacacionar.
En agosto de este año, esta ciudad se unió a la alerta. El medio empresarial admite que la seguridad en Cancún está fracturada, pero aseguran que están trabajando para que el impacto sobre la economía y la imagen del lugar resulte lo menos dañada posible. “México depende del turismo y no podemos permitirnos perder el destino más importante”, aclara la presidenta de la Federación de Asociaciones Turísticas.