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Kylo Ren, el villano principal de las películas de La Guerra de las Galaxias, acompañado de nueve de sus soldados camina por una plaza de Ixmiquilpan, Hidalgo. Esta vez no porta un sable de luz, ni destruye comunidades o planetas, sino que lleva un bote para pedir dinero y solicitar a la gente que donen su cabello para ayudar a niños con cáncer.
Acompañando a estos sujetos de armaduras y cascos están quince pequeños scouts que recolectan tapitas de plástico para venderlas y juntar más recursos para apoyar la causa. Mientras cada grupo hace su trabajo, el hombre disfrazado de Kylo se toma un respiro, su nombre es Iván Casas y es uno de los dirigentes de la comunidad más grande de fanáticos caracterizados de los personajes de Star Wars:
“La Legión 501 es un club internacional de personas que nos dedicamos a hacer trajes de alta calidad de los personajes del Imperio, que son los villanos de la saga y apoyamos, a través de distintas participaciones, a causas sociales como colectas, visitas a hospitales, donaciones, todo sin fines de lucro”, señala Iván.
Después del descanso y de beber agua , Iván retoma su papel y continúa boteando en la Plaza de la Diana Cazadora junto a sus compañeros. Esta participación de los Legionarios es la primera que hacen aquí, la mayoría viajaron desde la CDMX para apoyar en este tercer “Tapatón” de los scouts de Ixmiquilpan.
Al final de la jornada se juntaron dos mil pesos que fueron entregados a dos asociaciones de asistencia a personas con cáncer, así como 24 cabelleras que se entregaron a la fundación Oncoayuda que se dedica a elaborar pelucas para niñas y mujeres con cáncer, entre las donadoras de pelo se encuentra Elisa Viguera, líder de los scouts:
“El objetivo de juntar tapas es mitigar un poco el impacto ambiental y las ganacias del reciclado son para ayudar a niños con cáncer con sus medicamentos, pasajes, ropa o comida. Este año también participamos con Oncoayuda con donaciones de pelo. Lo nuevo también es que los muchachos vestidos de Star Wars nos apoyaron con el boteo y en tomarse fotos con las personas que pasan a donar”.
Terminadas las actividades, Iván y sus compañeros se quitan los trajes y van a comer, aunque siempre responden que sí cuando algún niño les pregunta si van a la guerra o en dónde dejaron su nave espacial. Sin embargo, son personas normales: “Cada uno tiene su empleo y su vida como cualquier persona, pero al momento de usar el traje saben que no deben salirse del personaje para mantener la ilusión”.
Hace poco tiempo… en una galaxia muy cercana
Para entender cómo funciona la Legión 501 es necesario viajar hasta 1997 cuando en Estados Unidos un sujeto llegó disfrazado de un soldado imperial a una función de La Guerra de las Galaxias: se trataba de Albin Johnson, un hombre fanático de la saga.
Cuando las personas vieron a Albin con su traje comenzaron a imitarlo, rápidamente ganó seguidores. En convenciones se juntaron más personas caracterizadas de los personajes malvados y reconocieron a Albin como el fundador de este nuevo club, que ganó miembros en todo el mundo.
En foros de internet organizaron una estructura similar a la del Imperio Galáctico, Albin siempre ha tenido un lugar importante en esta comunidad, pero en un mal momento de su vida él enfermó, perdió una pierna y su hija Katie falleció de cáncer en 2005. En ese momento, la Legión 501 cambió el rumbo y decidió apoyar a causas altruistas para honrar la memoria de la pequeña Katie.
Actualmente la Legión 501 tiene 12 mil miembros activos en todo el mundo, en México son más de 400. Para organizarse manejan una dividida en Guarniciones o Garrisons, distribuidas por zonas geográficas. Nuestro país tiene cuatro: Mexican Garrison, Skull Garrison, Rancor Hunters Garrison y Mayan Garrison.
Iván es CEO de la Mexican Garrison, la cual tiene presencia en la zona del Valle de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Morelos. Su experiencia como Legionario comenzó en 2009 con un traje que una amiga le confeccionó, desde entonces ha participado, junto a su hermana que también es miembro, en diversas actividades altruistas y de fans tanto en México como en Estados Unidos.
Este año Iván fue electo dirigente de su guarnición y como buen líder recomendó a dos de sus compañeros más sobresalientes: Leonor y Ulises, la primera por ser la más activa y mayor de todos ellos y el segundo por tener más trajes.
La fuerza es intensa en esta familia
Era 1977 cuando una joven llamada Leonor entró a los Multicinemas de Plaza Universidad con su novio para ver La Guerra de las Galaxias. Todas las revistas de la época decían que era un espectáculo que nadie debía perderse.
Al terminar la función supo que esa película cambiaría su vida, “nunca antes se había visto algo así, fue un momento impresionante, la historia, los efectos especiales, los trajes”, recuerda a sus 62 años.
Leonor tiene dos disfraces, uno es de un Jawa: un ser de aspecto misterioso cubierto únicamente con una capucha café; y el segundo es un Ewok, una especie de oso humanoide, ella misma los confeccionó, eligió estos personajes debido a que es muy pequeña de estatura para ser un soldado imperial.
“Cuando me pongo el traje la gente no sabe quién está debajo de él. A veces creen que soy una niña por mi estatura, me pongo a jugar con los niños y ellos creen que soy alguien de su edad por que me muevo, corro y salto igual que ellos para mantener la ilusión”.
Ella asiste a casi todos los eventos altruistas que puede desde hace 10 años. Los miembros de la Legión le tienen mucho cariño y respeto ya que muchos de los trajes que portan fueron hechos por ella en un pequeño taller improvisado en su casa de Ecatepec. La Legión cuenta con el permiso de los dueños de los derechos de los personajes para realizar y usar las vestimentas.
Por otra parte, su hijo Rodrigo también es un miembro importante del club, él es el diseñador de mucha de la mercancía que usan los Legionarios y por mucho tiempo fue el único en caracterizarse de El Emperador en nuestro país.
“Antes asistíamos a todos los eventos y convenciones juntos. Por mí le gusta Star Wars, se lo enseñé desde niño, ahora hasta sabe más que yo. Él ahora vive en Durango pero sigue siendo miembro de la Legión”
De payaso a villano de la galaxia
La Mexican Garrison puede tener más de 50 eventos al año. Debido a que no pueden recibir dinero por sus presentaciones, a algunos miembros se les complica asistir a todos los eventos; ya sea por sus trabajos, la distancia o la capacidad económica de cada uno. Aún con estas dificultades hacen su mayor esfuerzo y de entre todos ellos destaca Ulises Gallardo, mejor conocido como “Ufu Revan mil trajes”.
“El nombre viene de mi nickname (Ufu Revan), y porque en México soy el que tiene más trajes. Tengo 16 acreditados y estoy trabajando en otros dos”, comenta Ulises, quien es maestro de educación física en una secundaria de Iztapalapa.
Ulises y su esposa Laura pertenecen a la Legión 501 desde hace cinco años, en ese tiempo han ido a más de cien eventos, también su sobrino Augusto es parte de esta pasión:
“Desde pequeño le mandamos a hacer un trajecito de Jedi. Le gusta y sabe mucho de Star Wars. Digamos que yo lo inicié, él está en algo que se llama Academia Galáctica, es el grupo para los niños, ahí no hay muchas reglas con los trajes, sólo que les guste usarlo".
Convivir con niños es algo que Ulises ha hecho casi toda su vida, fue payaso en algún momento y hasta luchador amateur, pero cuenta que sentía la necesidad de pertenecer a un grupo y encontró en la Legión 501 el lugar adecuado para disfrutar de su fanatismo por La Guerra de las Galaxias y adicionalmente hacer buenas acciones:
“En una ocasión fuimos a un Hospital 20 de Noviembre, yo iba disfrazado de Darth Revan y me tocó entrar a una habitación de una niña que estaba enferma de cáncer, no tenía cabello porque le habían hecho quimioterapia. A pesar de que mi traje era completamente negro, en cuanto me vio me dijo hola y me extendió los brazos para abrazarla, yo lloré y me emocione. Eso te marca mucho”
Ulises explica que muchas veces son los padres de los niños quienes se emocionan más al verlos, pues como él crecieron con los personajes de La Guerra de las Galaxias y muchas veces soñaron con pertenecer a este mundo, y aunque en ocasiones por la euforia les han llegado a romper los trajes, la emoción de vestirse como un soldado y la satisfacción de ver sonreír a los fans es suficiente para seguir adelante.