Por: Cristina Hernández
El grito de “¡CETYS!, ¡CETYS!” , hizo retumbar el gimnasio de la universidad campus Tijuana la noche en que Myriam Lara y Andrea Rosales , capitanas del equipo de basquetbol Zorros , consiguieron una medalla de oro. Ganaron por seis puntos contra el Tecnológico de Monterrey.
Por este triunfo, a Myriam la contactó un agente quien le ofreció la oportunidad de irse a jugar al Annemasse Basketball Club, en Europa . “Me dijo que si me interesaba jugar en Francia y, por supuesto, acepté”, recuerda Myriam.
Los Ocho Grandes es un torneo de basquetbol que se lleva a cabo a lo largo del año. Compiten estudiantes de varias universidades en distintos estados de la República como Puebla, Monterrey y Tijuana . Cada juego es para seleccionar a los ocho mejores equipos, es un torneo de eliminatoria directa, si un grupo pierde, queda fuera; así es hasta llegar a la final.
Myriam Lara concluyó, a mediados de este año, la maestría en Administración de Empresas y Alta Dirección. Al hacer un recuento de su trayectoria, asegura que fue complicado balancear su carrera y el deporte pero la disciplina ha sido el factor principal para que en ambos aspectos saliera adelante. Jugaba baloncesto desde pequeña, por lo que desde entonces se acostumbró a darle el tiempo y la importancia necesaria a los entrenamientos y a la escuela.
“La verdad no es fácil, tienes que sacrificar salidas y momentos con amigos por estar entrenando o estudiando, pero vale la pena. Considero que tiene muchas ventajas porque he podido viajar y conocer a muchas personas, así que estoy muy agradecida con esas experiencias”, asegura Myriam.
Al inicio, lo veía como un pasatiempo pero se fue enamorando del básquet hasta convertirlo en su gran pasión, como lo es ahora. Comenta que uno de los mayores obstáculos a los que se ha enfrentado durante la práctica de este deporte, es una lesión que tuvo en las rodillas y por la cual dejó de jugar durante un tiempo.
“Para mí esos meses fueron eternos. Fue muy difícil ir a las terapias, cumplir con lo que me decía el doctor y sobre todo no poder entrenar. Pero tienes que hacer caso y echarle todas las ganas a la recuperación”, recuerda.
De acuerdo con la Federación Internacional de Baloncesto, el mejor equipo de basquetbol en el mundo es Estados Unidos, seguido de España, Francia está en cuarto lugar y México ocupa el 33, entre los 80 que están registrados.
Por eso una de las metas de Myriam era jugar en Europa y se siente satisfecha de haberla conseguido. También ella considera a Francia como uno de los mejores lugares del mundo donde se puede jugar basquetbol de manera profesional, aunque hay mucha competencia también hay varias oportunidades para sobresalir y seguir creciendo.
“Me siento muy emocionada, todavía no puedo creer que esté aquí. Es demasiado increíble, estoy haciendo lo que más me gusta en otro país con una cultura totalmente diferente”, dice Myriam . Ahora uno de los problemas a los que se ha enfrentado es la barrera del idioma pues domina el inglés pero el francés no tanto.
Myriam es extrovertida y le gusta platicar con la gente , por eso se siente cohibida al no saber cómo entablar una conversación pero confía en que con el paso del tiempo se irá adaptando. Por ahora, considera quedarse en Francia para desarrollarse profesionalmente y en un futuro regresar a México para aportar al basquetbol todo lo aprendido en Europa.
Continuar con el legado
Andrea Rosales es ahora la capitana del equipo femenil de basquetbol en CETYS Campus Tijuana. Tiene 20 años y estudia el quinto semestre de la carrera en Ingenierías Renovables.
Al igual que Myriam, Andrea jugaba basquetbol desde que era pequeña porque sus papás y hermanos le inculcaron el amor por este deporte.
Su secreto es ser cumplida y seguir las reglas que ha establecido tanto para el entrenamiento como para su carrera y se ciñe a ellas al pie de la letra.
“Otra ventaja que tengo son mis compañeros de clase, me apoyan mucho. Cuando viajo o no puedo asistir les pido los apuntes y me los pasan sin ningún problema, igual si tengo dudas ellos me explican”, admite.
Sus metas son graduarse y desarrollar su carrera en el ámbito experimental. En cuanto al básquetbol, confía que en algún momento pueda juntar su carrera con el deporte, por eso quiere seguir aprendiendo y compartir sus conocimientos con otros jóvenes.
Reconoce que no es fácil hacer una carrera en el basquetbol en México, pero sí se puede lograr. Aunque por ahora, ella no planea hacerlo de forma profesional, primero quiere sacar adelante al equipo y si le llega esa oportunidad en el deporte, tomarla.
“Lo malo es que no está muy desarrollado el básquetbol femenil, apoyan mucho al varonil pero siento que este no tanto. Por eso creo que Myriam decidió irse a otro país para desarrollarse más”, asegura.
Al respecto, el licenciado Javier López quien es jefe de departamento de la Escuela Superior de Educación Física de la Ciudad de México, comenta que conoce a Myriam Lara por su trayectoria en el basquetbol y es afortunada por haber obtenido esta oportunidad de representar a México en el extranjero.
Para continuar con la promoción de este deporte asegura que hay varios factores que frenan su desarrollo, uno de ellos es el ámbito del espectáculo. “Si se organiza un partido de básquet no vende tanto y los empresarios no lo voltean a ver. Por eso vemos que la selección de fútbol viaja mucho, porque va de la mano con la mercadotecnia”.
De acuerdo con solicitudes de transparencia y también con datos del licenciado López, no hay una cifra exacta ni actualizada del presupuesto que se le otorga al basquetbol en México.
En este aspecto, Andrea coincide en que es importante dar a conocer este deporte y así las personas conozcan su historia y sigan de cerca los entrenamientos para colaborar en el desarrollo de esta disciplina en los ámbitos más pequeños, como los equipos escolares.
Andrea y Myriam aseguran que el torneo de Los Ocho Grandes fue uno de los mejores momentos de sus vidas, pues desde hace varios años habían luchado por obtener este título. “Vivirlo aquí en casa fue una gran experiencia y motivación, escuchar los gritos de la gente y tener el estadio lleno fue un gran sueño que tenía porque en los juegos de temporada no viene tanta gente. Pero en las finales el gimnasio se llena y eso me motivó más a conseguir esa medalla de oro”, recuerda Andrea.