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Mercedes Godoy sostiene en sus manos decenas de pinceles , usa un overol de mezclilla lleno de pintura y se acomoda en una mesa sobre la cual hay toda clase de colores e instrumentos.
Imágenes: Germán Espinosa
“Hemos visto que sí funciona este rollo, aunque la gente diga que somos obscenas: ¡Cómo pinta con el pecho!, pero el significado del pecho es todo, es vida. Ya nos acostumbramos a las críticas malas, las buenas, las agradecemos y seguimos con nuestro trabajo porque ha dado muy buenos resultados”, comenta.
En su estudio personal, al interior de su casa, recibe a pacientes de cáncer de mama con una cálida sonrisa y un abrazo fraternal que hace sentir a todos sus invitados como si estuvieran en familia. Es allí donde inspira a mujeres para que pinten con sus senos , con sus cicatrices , para plasmar una figura sobre el lienzo .
La pintora y escultora mexicana inició el proyecto “ Pintadita a tu Salud ”, como una iniciativa en que las mujeres pintaban cuadros con sus senos para obtener fondos y ayudar a sobrevivientes al cáncer de mama.
En México, esta enfermedad es la primera causa de muerte por tumores en las mujeres mexicanas, con un promedio de 10 decesos al día, según integrantes del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
A diez años de que se fundó el proyecto, Pintadita a tu salud ahora trabaja en colaboración con Salvati , una fundación altruista que brinda atención integral y multidisciplinaria a las pacientes de bajos recursos. Ahí pueden recibir atención psicológica, acompañamiento emocional, grupos de apoyo, taller de manualidades, consultas de nutrición, asesoría en oncoimagen y actividades recreativas. Gracias a esta alianza han apoyado a más de 3 mil 500 mujeres .
Meche, como sus amigas le dicen, siempre había pintado con sus manos , pero después de dar clases de pintura a niños y adultos durante cuarenta años, decidió que era momento de cambiar la técnica y ayudar a quienes más lo necesitan. Todo inició cuando Mercedes conoció el trabajo de Wendy di Peel , una pintora australiana que pinta con los senos y dona las ganancias obtenidas a organizaciones que apoyan a mujeres con cáncer de mama.
“No sabíamos ni cómo, Di Peel sólo salía recargada en una mesa con las “pechuguitas” pintadas y luego ya salían sus cuadros y desde ahí tuve que ver cómo demonios se hacía esto”, explica la pintora, pues en México, no se había hecho algo parecido hasta entonces.
Al inicio, Godoy decidió convocar a sus amigas, a su hija y a las amigas de su hija para que participarán como voluntarias en divertidas sesiones dominicales que duraron un año en cual hicieron todo tipo de pruebas hasta que consiguieron perfeccionar la técnica y las pinturas comenzaron a concretarse.
Para contar con el aval de una institución de arte y comenzar a reunir fondos, organizaron la primera subasta en casa Lamm aunque las críticas empezaron a llover. “En esa época eran más comentarios malos que buenos, pero vendimos y ya teníamos algo de dinerito para donar. Así empezamos a buscar en dónde querían nuestro dinero”, recuerda Godoy.
La también escultora comenta que al inicio no tuvieron la aceptación esperada e incluso algunas fundaciones rechazaron el dinero que habían recabado porque pintaban con el pecho: “Viejas locas cochinas. Eso es obsceno, igual nos ponchamos un poco al escuchar eso, pero cuando empezamos a ir a los hospitales y vimos la reacción de las pacientes mientras pintaban, y vi la reacción de sus maridos dije: de aquí soy, nunca voy a dejar de hacer esto, fue una experiencia increíble”, recuerda.
La primera vez que vio una cicatriz
La primera sobreviviente de cáncer de mama que accedió a pintar con su cicatriz fue su mejor amiga Esther, con quien ha compartido amistad desde hace más de 17 años, ella fue sometida a una mastectomía doble y tiempo después le fueron implantadas prótesis mamarias. Durante un viaje a Tequisquiapan entre risas ambas mujeres comenzaron a hacer pruebas de pintura en un baño. Para ese entonces Esther ya estaba completamente recuperada y uso como instrumento su propia cicatriz.
El siguiente paso fue conocer directamente a las beneficiarias y escuchar sus historias. La fundadora de Pintadita a tu salud jamás olvidará la primera vez que visitó un hospital y conoció a una sobreviviente. Mercedes nunca antes había visto una cicatriz, y para ese momento, la paciente tampoco la había visto, pero al verla, la mujer comentó que su cicatriz era bonita, la pintora se quedó helada al ver que la mujer sentía agrado por las marcas del tratamiento “ Claro, esta cicatriz te salvó la vida” , le dijo Mercedes.
A partir de ese evento comenzaron a convivir e involucrarse más con mujeres que habían pasado por una mastectomía y notaron que ellas se sentían mejor con su propio cuerpo después de pintar, olvidaban momentáneamente su enfermedad , para enfocarse en una actividad donde el principal instrumento es su propia piel.
“La beneficiada no nada más es la paciente , sino toda su familia porque el cáncer le da a toda la familia, todos se contagian con este panorama”, explica Godoy.
El cáncer de mama es el más común entre las mujeres y representa 16% de los tumores malignos diagnosticados, según datos de la Organización Mundial de Salud . El 69% del total de muertes por esta enfermedad se presentan en países en desarrollo donde la mayoría de los casos se diagnostican en fases avanzadas, dificultando su tratamiento exitoso.
Una celebración de vida
Marlene Rivero, de 47 años, es una de las pacientes que llegaron a Pintadita por medio de Salvati, ella tuvo cáncer de mama hace algunos años, pero no recibió un seguimiento médico adecuado y luego surgieron las consecuencias del tratamiento. “Como si fuera gripa, me dijeron ya estás bien , ya te curaste y luego me vino el linfedema ”, refiere.
El linfedema es una acumulación de líquido en tejidos como efecto secundario al tratamiento de cáncer y provoca que las mujeres tengan una severa inflamación en el brazo que las lleva a perder la movilidad. Es una consecuencia de extirpar los ganglios cercanos a la axila.
Después de haber escuchado sobre la fundación Salvati en la televisión, Marlene se acercó para pedir orientación sobre el linfedema que estaba padeciendo, ya que esta asociación es especialista en esa condición. Ahí fue recibida con los brazos abiertos, y entre otras cosas recibió como apoyo una manga y guantes de compresión para detener la hinchazón.
Fue en Salvati donde le hablaron del proyecto de pintura y la invitaron a participar, aunque su primera reacción fue sentirse insegura respecto a la dinámica, al llegar a la fundación se sintió cobijada por la buena actitud de todos los voluntarios.
Cada que una paciente acude a la sesión, si lo desea puede llevar a un invitado. Un grupo de voluntarias ya está presente y todos están listos para recibirla, ellas ignoran que se trata de una fiesta para ellas por lo que es una s orpresa agradable.
Ese día, todo el equipo de Pintadita a tu Salud le prepara bocadillos y sorpresas para que las mujeres se sientan reinas por un día, toda la atención se centra en ella y toda la fiesta se organiza para complacerla y hacerle notar que es muy especial, al evento también se unen actrices, conductores y futbolistas. “Son sesiones muy fuertes, muy divertidas. Nos toca la parte divertida de ayudar. La pasamos muy bien y hacemos que las pacientes la pasen mejor”, comenta Meche.
“Me han hecho sentir que valgo, que puedo ayudar en algo, me han apoyado, me han levantado los ánimos. Ha sido una experiencia que cambió mi vida. Yo soy muy tímida, bueno era, porque ya me lo quitaron allá, antes era muy reservada”, comenta Marlene.
Desde hace tres años, Marlene participa en los eventos con Pintadita a tu salud, hasta ahora ha pintado con su cicatriz una fruta, una flor y un pollito al que título “Pechuguita de pollo”. Dice que lo que más le gusta del proyecto de Mercedes es que “Todo es muy limpio sin morbosidad”, se desenvuelve en un ambiente de confianza y amistad.
En las sesiones en las que ella ha pintado contaron con la compañía del actor de televisión Carlos Girón, la actriz Lorena del Castillo y su novio Paco Pizaña, así como la sexóloga Irene Moreno. También conoció al cantante Juan Solo .
La actual paciente de Salvati, califica las sesiones como “experiencias muy padres” que la entusiasmaron a ella y a su familia que la notó con un mejor ánimo. La primera vez su esposo la felicitó y se sintió contento por haberla notado tan feliz. Cuando terminó el primer cuadro de su colección, la mamá de Marlene estaba tan emocionada que ahorró quinientos pesos para comprar el cuadro que había pintado con su cicatriz: una sandía.
Foto: Pintura realizada por Marlene Rivero, su mamá ahorró quinientos pesos para adquirirla
“Me han quitado mucho la pena, para todas las actividades me dicen: Marlencita, ándale. Nunca me han dejado caer en depresión. Nunca he tenido una depresión por la enfermedad gracias a Dios, a mi familia y a ellas. Mercedes, no se diga, la adoro y el cariño es mutuo. Cuando me ve soy su muñequita del pastel , así me siento”, menciona.
No obstante, cada año llegan más mujeres para ser tratadas. Adela Ayensa, presidenta de la Fundación Salvati destaca que es fundamental mejorar el ánimo de las pacientes, el cáncer sigue subiendo las cifras cada año. “Todos lo hemos sentido cada vez más cerca, todos tenemos un amigo o un familiar que tiene cáncer, así que hay que hacer algo”.
En Salvati además son miembros fundadores del movimiento “ Juntos por el Cáncer ” que pretende incidir en políticas públicas para mejorar los tratamientos.
Foto: Pintura realizada por Marlene Rivero
Las sesiones de pintura se llevan en el estudio personal de la pintora cada dos o tres días entre los meses abril y agosto. Ahora su hija preside la fundación, pero ambas participan en todas las actividades.
En colaboración con Salvati, continúan recibiendo a mujeres y actualmente hay una lista de espera para participar en las sesiones que en realidad se han convertido en pequeñas reuniones para celebrar la lucha contra contra el cáncer.
Hoy Marlene enfrenta el cáncer por segunda ocasión, pero ansía que lleguen las sesiones de este año para volver a pintar usando su piel como pincel.
“Hay cosas que no se pueden decir con palabras, pero me ha levantado mucho ”, comenta la paciente quien está agradecida con el trato y la amistad que ha recibido por parte del equipo de Salvati y Pintadita.