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Texto: Elisa Villa Román
Fotos: Cortesía
David Oliva Uribe trabajó durante más de una década para llegar hasta donde quería: ser inventor . Tras una exitosa carrera como ingeniero, decidió dejarlo todo y dedicarse de lleno a la investigación . Gracias a esto, creó un bisturí inteligente que extirpará tumores cerebrales con alta precisión sin dañar al paciente .
David nació en la Ciudad de México en 1975 y vivió ahí durante treinta años. Desde 2005 radica en Europa y es reconocido como pionero en neurocirugía .
Recuerda que consiguió su primer trabajo mientras estudiaba la secundaria, cuando le pidió a su tío que lo dejara entrar al laboratorio donde elaboraba geles y cremas, en un proceso casi artesanal.
Los siguientes años los dedicó a seguir estudiando, hasta que se graduó de Ingeniería Electrónica en el Tecnológico de Monterrey y se especializó en sistemas de manufactura.
Pero quería más. No había perdido la emoción por aprender cosas nuevas y solicitó unirse a un grupo de investigación de la Universidad Leibniz de Hannover, en Alemania .
En ese país viven alrededor de 16 mil mexicanos, de acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores . Hay que subrayar que los connacionales que llegan a algún país extranjero no están obligados a registrarse ante los consulados, así que la cifra sólo refleja el número de mexicanos que decidieron aportar sus datos a la SRE .
David dice que cuando se mudó a Alemania no hablaba ni una palabra del idioma oficial y los europeos no tenían una idea clara de México. “Las diferencias culturales y del idioma son muy fuertes. Costó trabajo que los europeos entendieran que el mexicano es una persona profesional . Tampoco saben que hay buenas universidades en México. No sabían que tenemos premios Nobel”, recuerda.
El equipo estaba conformado únicamente por alemanes. “[Al principio] era David, el que viene de un país inseguro y con narcotráfico”, pero después de un tiempo lo nombraron director de un grupo de cuatro personas y un año más tarde tuvo a doce investigadores a su cargo. “Entonces la gente ya no veía mi nacionalidad. Veía mi capacidad” .
Por su trabajo en tecnología médica, David recibió el premio al mejor investigador invitado de la Universidad de Hannover en 2009. Foto: cortesía de Agencia ID/DiCYT
David se describe como una persona curiosa, cuya filosofía se basa en una premisa: los problemas que resuelve la ingeniería no están relacionados únicamente con las máquinas o los procesos, sino con la sociedad . “Me gusta viajar, hablar con las personas, aprender de otros. Ayudar a los jóvenes a encontrar su camino para lograr sus objetivos profesionales ”.
Desde 2009, David promueve la cooperación entre profesionales altamente calificados de México y Europa por medio de la Agencia EUMex-Connect. Está convencido de que los mexicanos tienen todo para triunfar en el extranjero gracias a su creatividad.
“[En México] hay muchos obstáculos y eso los hace pensar fuera de la caja; tienen que improvisar . Así generan soluciones innovadoras que compensan la falta de recursos”.
Opina que si bien los mexicanos destacan por su creatividad, todavía falta una estructura que los ayude a concretar sus metas. “Por eso es importante que los jóvenes consigan un mentor que los guíe para que lleguen a donde sueñan”, destaca.
La Agencia EUMex-Connect, fundada por David, une a científicos mexicanos con equipos de investigación para potenciar sus proyectos y llevar beneficios a sus lugares de origen.
“Si su comunidad requiere tecnología en agricultura y esa persona va a estudiar un doctorado en Tecnología Agrícola [en el extranjero], podrá regresar a México y aplicar todas las cosas que aprendió”.
El trabajo de David es un ejemplo de ello. En Alemania se doctoró en mecánica por la Universidad de Hannover, donde dirigió un equipo de investigación, e hizo un segundo doctorado en Ciencias de la Ingeniería por parte de la Universidad Libre de Bruselas, en Bélgica, país donde actualmente reside.
Desde 2007 sus investigaciones se centraron en desarrollar tecnología médica . “Estoy profundamente interesado en resolver problemas complejos, donde las habilidades internacionales y los talentos multiculturales son fundamentales para asegurar el éxito”.
Así, David y un equipo de investigadores desarrollaron un instrumento para asistir a los neurocirujanos durante la extracción de tumores cerebrales y con ello reducir la probabilidad de cortar tejido sano.
El dispositivo se utilizará para valorar si es tejido sano o es parte del tumor cerebral. Foto: cortesía David Oliva Uribe
Cada año ocurren alrededor de 260 mil nuevos casos de cánceres cerebrales y del sistema nervioso. Esto lo convierte en el vigésimo segundo cáncer más común y tiene el puesto número 12 entre los más mortales, según el informe Cancer Incidence and Mortality Worldwide. Además, nueve de cada 10 personas que pasaron por una operación para extraer un tumor cerebral tuvieron secuelas en su salud mental, de acuerdo con la asociación británica The Brain Tumour Charity.
Ante esto, “hicimos un bisturí inteligente que puede identificar las fronteras entre tumor y cerebro , de tal forma que puedas lograr eliminarlo 100%, reduciendo a cero la probabilidad de cortar algo sano”.
Remover un tumor del cerebro requiere habilidades que los neurocirujanos desarrollan tras años de intenso estudio. En la práctica, la resonancia magnética aporta información sobre la ubicación del tumor, la cual se complementa con la destreza del médico.
Separar un tumor del tejido sano es una maniobra desafiante porque existen leves diferencias entre sus características. Durante esta etapa, la sensibilidad y el tacto del neurocirujano pueden disminuir debido al uso de instrumentos de cirugía o factores externos. Ahí es donde el escalpelo creado por David pretende hacer la diferencia.
El dispositivo mide la rigidez del tejido. Se coloca sobre la zona del cerebro que se va a operar y emite leves vibraciones. La información se transforma en señales eléctricas que son usadas por el médico para valorar si es tejido sano o es parte del tumor . En resumen, la parte del tejido que vibre de forma distinta se identifica como un tumor.
“Hicimos pruebas en cerebro artificial y ya tenemos autorización para hacer pruebas en humanos, pero está comprobado que el bisturí trabaja eficientemente”, afirma David. Las pruebas en humanos se harán luego de que el dispositivo supere varios controles de calidad .
“[En México] hay muchos obstáculos y eso los hace improvisar. Así generan soluciones innovadoras que compensan la falta de recursos”.
Foto: cortesía David Oliva Uribe
“Debes pasar una evaluación de los comités éticos en Europa. Es muy difícil”. Las pruebas han requerido más de un año de trabajo y se han realizado en tejido animal , en condiciones controladas dentro del laboratorio.
David y su equipo esperan que con el tiempo el dispositivo sea adquirido por una industria médica trasnacional que se encargue de traerlo a México. “Pero esto va a tardar alrededor de tres o cuatro años todavía”, señala .
“La idea es que cualquier hospital en Latinoamérica lo pueda adquirir. Es una tecnología de bajo costo, un individuo no puede ir a comprar nuestro dispositivo, pero los hospitales no tendrán que invertir muchísimo dinero”. Sin embargo, aclara que esto implica mayor cantidad de pruebas, porque la tecnología debe ser extremadamente precisa .
Para David, un científico o inventor no es el que menos errores ha cometido, sino el que más ha aprendido de ellos. Por su trabajo en tecnología médica recibió el premio al mejor investigador invitado de la Universidad de Hannover en 2009.
A los jóvenes les aconseja aprovechar la tecnología disponible para encontrar un mentor que los guíe . “Las redes sociales nos acercan a esas personas que ya recorrieron el camino que queremos seguir. Acércate a uno y explícale tu idea y a dónde quieres llegar. No reveles mucho al inicio, porque también hay canibalismo de ideas”, sugiere.
Y aunque a él le costó lograrlo, ahora ayuda a jóvenes mexicanos para que lleguen hasta donde siempre han soñado.