Dos tendencias marcaron al plano electoral en 2020. Primero, comicios que fueron aplazados ante la gravedad de la pandemia (185). Segundo, cambios profundos en la administración de elecciones para dispersar a los votantes y garantizar condiciones de sanidad en eventos tradicionalmente masivos.
El foco en 2021 ya no estará en la organización de comicios. La experiencia internacional demuestra que son posibles niveles de participación aceptables, sin poner en riesgo a las personas. En todo caso, es posible que el año esté marcado por el uso electoral que los partidos y candidatos en el poder hagan de la disponibilidad de vacunas, así como por los temas que dominarán todas las campañas en el mundo: el manejo de la pandemia y el desastre económico.
Este año están programados procesos de renovación muy importantes en distintas partes del mundo. Hay algunos que merecen nuestro seguimiento puntual.
Este martes Georgia celebró la segunda vuelta de su elección senatorial, definitoria para saber qué partido controlará la cámara alta. Unos días más tarde el Congreso contará los votos emitidos en Colegio Electoral, confirmando así en forma definitiva el triunfo de Biden.
América Latina reinicia su ciclo electoral. Lo hace con un producto interno regional contraído más de 9%. En Ecuador habrá comicios muy cerrados, que fácilmente pueden irse a segunda vuelta. Chile elegirá a las 155 personas que redactarán el texto de su nueva Constitución, con lo que habrá logrado dar cauce institucional a las inconformidades ciudadanas claramente manifestadas en sus plazas durante 2019.
Perú –una de las economías con mejores pronósticos económicos para 2021– elegirá a su cuarto presidente desde 2020. Compiten más de veinte candidaturas, en medio de acusaciones de corrupción. Interesante sistema de “tachas” que permite que la ciudadanía denuncie el incumplimiento de requisitos de elegibilidad.
En Nicaragua, el Presidente Ortega buscará su cuarta reelección. En duda si las autoridades vetarán la participación de eventuales candidatos opositores.
Las elecciones mexicanas serán interesantes no sólo por el alto número de cargos a elegir, sino también por la novedad del mecanismo de reelección. Habrá que ver si las escasas reglas con las que se cuenta evitan que los políticos en funciones utilicen los recursos públicos a su alcance para darse ventajas indebidas. Pendientes también de los impactos del dramático recorte presupuestal al INE y órganos locales, así como de la consulta popular sobre el desarrollo de los comicios.
Del lado europeo, sobresalen las elecciones alemana y holandesa. La primera, porque de ahí surgirá el sucesor del ícono más importante del proyecto europeo y, quizás, la lideresa con mayor influencia en el mundo. La mayoría en el gobierno holandés será asediada por proyectos separatistas que proponen el abandono de la Unión Europea. Reino Unido celebrará sus primeras elecciones locales, ya bajo los efectos palpables del Brexit.
Será en África donde se registren en forma más contundente los efectos de la pandemia en democracias vulnerables. Hay 18 comicios programados. En Uganda se prohibieron las campañas electorales. En Zambia el presidente buscará su cuarto mandato, contra su tradicional competidor quien recientemente fue encarcelado. Etiopía retomará sus elecciones pospuestas, en medio de conflictos violentos en el área de Tigray.
Irán tendrá elecciones presidenciales, en medio de una disputa entre moderados y conservadores respecto a cómo manejar el programa militar.
Las elecciones siguen siendo el principal instrumento para agregar las preferencias políticas de las personas y procesar pacíficamente los relevos del poder público. Que los aprendizajes logrados en la pandemia durante 2020 permitan a los países avanzar por la ruta comicial sin erosionar la calidad de sus democracias.
Exconsejero del TECMDX.
@yuribeltran