Todos en un momento de nuestra existencia hemos sufrido algún tipo de inflamación en nuestro cuerpo, provocado por un golpe, porque nos picó algún mosquito, debido a que nos encajamos una astilla. La inflamación es un proceso asociado a los tejidos conjuntivos que se encuentran repartidos en todo nuestro organismo, y tiene 3 pretensiones fundamentales: la primera es que nos protege la zona dañada, la preserva con líquido de nuestro propio cuerpo para que nos cause dolor y de esa forma evitemos tocarnos la zona inflamada, y así evitar un daño mayor; la segunda función es destruir los gérmenes dañinos y la tercera, pero no menos importante, es reparar el tejido dañado.

Es un tipo de inmunidad innata que poseemos y además que es inespecífica, eso significa que actúa igual ante cualquier tipo reacción que nos pretenda dañar, es decir que siempre actuará como nuestra protectora. Cuando esto nos sucede, acudimos a una pomada, algún medicamento desinflamatorio, todo dependerá de la intensidad con la que estemos inflamados y el nivel de dolor que nos esté causando.

Partiendo de esta idea; ¿se nos inflamará el espíritu?, ¿se nos harán bola los pensamientos?, ¿se nos hincharán las emociones?, ¿tú qué crees?

De alguna manera nos inflamamos espiritualmente, cuando practicamos alguna doctrina y consideramos que esta es la única y la mejor, entonces todo lo que sea ajeno a ella, es malo, ya un grado extremo es cuando andamos juzgando a los demás e invitándolos incluso presionándolos a que compartan nuestra cosmovisión. Mucho se habla de tolerancia, pero tolerar es saber que hay algo diferente y no lo comparto, pero lo soporto, lo tolero, quiere decir que ahí está la incomodidad, solo que la aguanto. Prefiero hablar de respeto, este valor, está enfocado principalmente en la compresión de las necesidades de los demás y en el hecho de aceptar que esas necesidades no siempre son iguales a las nuestras, mientras que la tolerancia está enfocada en una actitud de aguantar incondicionalmente.

Se nos hacen nudo los pensamientos, cuando no aceptamos nuestra realidad y queremos forzar a cambiarla, cuando nos aferramos a algo, o alguien. También cuando nos saturamos de ideas, y estas son inmutables, y las ideas no pueden ser inalterables, tienen que ser cambiantes, porque el mundo y la realidad van modificándose, por ende, la idea que tenemos de este también debiera de evolucionar.

Las emociones se inflaman, por diferentes razones, pero la inflamación de estas se refleja de una manera bastante clara. Se nota cuando descargamos nuestros enojos sobre otras personas, cuando sacamos nuestras frustraciones sobre los demás, cuando hablamos de manera despectiva de personas que están en nuestro entorno, también se puede notar cuando queremos manipular de alguna manera a quienes nos rodean. Hay personas que están tan infladas del ego que no caben en este pequeño mundo.

Como se dijo al principio, la inflamación tiene 3 funciones principales: protegernos, evita que nos lastimemos más y finalmente ayuda a recuperarnos. Esto es de manera biológica, sin embargo, la naturaleza es demasiado sabia, y tal vez es el mismo patrón, tendríamos que entender cuando estemos inflamados en ciertos o en todos los aspectos de nuestra vida. Pregúntate ¿Qué me hace falta tratar para desinflamar mi espíritu? ¿Cómo puedo cuidar mi mentalidad para que no se me hagan bolas mis pensamientos? ¿Cómo trato mis emociones para que no se inflamen?

Como es costumbre mía, aquí les dejo las preguntas, pero no las respuestas, esas no te las puede dar nadie, eres tú quien las tiene que encontrar. Podrás encontrar ciertas guías; en libros, con maestros o maestras, en las pláticas cotidianas. Esas respuestas solo llegarán a ti, cuando tengas la disposición de recibirlas.

Si llegas a tener alguna inflamación, recuerda que no basta con sobarnos, tenemos que tratarnos.

Facebook: Yheraldo Martínez
Instagram: yheraldo
Twitter: @yheraldo33

Google News

TEMAS RELACIONADOS