¿En algún momento de tu vida te has perdido? A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión en la que nos dirigimos hacia un lugar en particular; vamos recorriendo cada uno de los sitios que transitamos regularmente, a veces nos maravillamos porque vemos algo que no le habíamos prestado la atención suficiente, o simplemente hay algo nuevo en el camino, y, aun así, llega ese momento en el que perdimos la orientación.
A menudo, vamos casi de forma automática, ya que nos olvidamos de apreciar lo cotidiano. Ocurre que ya no estamos al tanto de dónde estamos, no podemos localizarnos, nos llegamos a preguntar ¿cómo llegamos aquí? Solo te dirigiste y te perdiste en la inmensidad de tus pensamientos que no sabes cómo llegaste hasta ahí. Nos encontramos de forma rápida, nos orientamos y retomamos el camino y finalmente llegamos a donde era nuestro destino.
La situación puede ocurrir en cualquier momento de nuestra vida, pero, ¿qué pasa si no es un recorrido cotidiano, sino de nuestra vida misma? ¿Qué sucede cuando perdemos años de nuestra vida? Nos encontramos en el presente y, de manera inesperada, no hemos tenido conocimiento de en que momento llegamos hasta aquí. Quizá te haya sucedido que de forma inconsciente no sepas dónde te encuentras, y mucho menos, hacia qué te diriges.
Nos desplazamos por la vida de manera involuntaria, en automático, y a menudo efectuamos las mismas actividades. Nos despertamos, nos bañamos, desayunamos, y a diario realizamos nuestras mismas tareas (escuelas, trabajos, familia) y lo llevamos a cabo de manera continua durante días, meses, años, y así llegamos a un momento en el que no nos encontramos, o al menos no nos ubicamos. Simplemente, permitimos que la rutina nos condujera y, sin ser conscientes de ello, llegamos hasta aquí.
Para no perderse de la vida, en la cotidianidad, más que vivir cada momento como si fuera el último, intenta experimentar cada momento de manera consciente. Asimismo, procede a examinar las actividades que has llevado a cabo y percibe si esto te aporta, es decir, interrogante si esto te agrada. ¿Quieres hacer eso en tu vida?
En el discurso conocido de Steve Jobs, quien pronunció en la Universidad de Stanford, se sugiere que cada día debemos observar al espejo e interrogarnos si lo que emprenderemos en la jornada del día, nos agrada o no. Si la respuesta es no, durante varios días, lo más conveniente es cambiar nuestra actividad, por algo que, si nos haga sentir plenos, cualquiera que sea la respuesta.
La vida es completamente exploratoria, y siempre que deseamos asumir la responsabilidad de ella, podremos realizarlo, sin importar la edad, religión o género. Se requiere abandonar el piloto automático y ser conscientes de lo que deseamos y, por ende, de lo que somos.
La gran mayoría hemos experimentado la sensación de estar perdidos o hemos tenido un sentimiento de insatisfacción en alguna fase de nuestra vida. No nos angustiamos por tal situación, es necesario que seamos conscientes de ello, y si llegamos a vivirlo, es porque comenzamos a poner más atención en nosotros. Es una señal de que es imperativo reflexionar y reconsiderar nuestra existencia, y lo más probable es que debemos redirigirla; es esencial ubicarnos bien en el mapa de nuestra vida y seguir nuestro trayecto hacia donde nuestro corazón nos guíe. Es sencillo perdernos cuando no llevamos un rumbo fijo. Si te pierdes, no tengas miedo, siempre hay una forma de regresar a nuestro sendero.
La clave más precisa radica en la conciencia, la cual es la guía que impulsa nuestro corazón con intensidad. La clave más efectiva para discernir si estamos en el lugar adecuado es la sensación de plenitud, cuando ocurra, no será necesario realizar pregunta alguna, ya que tú eres la fuente de respuesta a todo.
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