Para muchos la cena navideña de anoche fue distinta a las demás, en esta época nos faltaron algunas personas que siempre estaban, pero por ahora permanecerán en nuestros corazones, su copa ya no se escuchó en el brindis, tampoco recibiremos aquella llamada, donde nos hablaban para desearnos una feliz navidad, debido a que ahora, simplemente ya no están. Sin embargo, somos buenos mexicanos y como se pudo, festejamos y celebramos, nos compartimos los regalos, los cuales ofrecemos con todo nuestro amor para nuestros seres amados.

¿Recuerdas cuando despertabas el 25 de diciembre y corrías al arbolito navideño, para poder ver tu regalo? ¿Eran buenos tiempos verdad? Si llegaba haber muchas o pocas cajas o envolturas de regalos, nosotros buscábamos la nuestra, y ya cuando por fin la encontrábamos, la abríamos como podíamos, rompíamos el papel o lo que fuera que cubría el tan anhelado obsequio. Ya que lo teníamos en nuestras manos, fuese lo que fuese, lo disfrutábamos mucho, por supuesto algunas cosas más que otras, pero al principio lo cuidábamos como un tesoro, lo poníamos en un lugar especial, a veces no queríamos ni que se nos ensuciará, éramos muy cuidadosos con ese regalo.

Conforme pasaban los días, dejaban de ser una novedad, para convertirse simplemente en nuestra cotidianidad.

¿Esto no se te hace conocido? ¿No te resulta familiar? Ahora ya que la mayoría somos adultos tal parece que nuestras relaciones son como esos juguetes y regalos, que al principio cuidábamos, pero después ya no, que antes eran duraderos y ahora ya no tanto. ¿Será que algo estamos replicando? El concepto de caducidad y de obsolescencia programada tal parece que desde hace tiempo empieza a permear en las relaciones humanas.

Está navidad, debe ser de profunda reflexión, de alguna forma les terminamos dando a las personas ese trato como a nuestros juguetes, las desechamos, las cambiamos, las cuidamos solo al principio, pero conforme pasa el tiempo ya no les prestamos la misma atención. Por ello debemos tomar en cuenta, que el mejor regalo de esta navidad es la oportunidad que tenemos de compartir momentos con las personas que aún se encuentran con nosotros, incluso en la distancia, el mejor regalo; es brindar cariño y cuidado para nuestros seres amados, que a pesar de la nueva normalidad o de la distancia física, se reconozca, se exprese, se demuestre el cariño y amor para las personas que apreciamos y que forman parte de nuestra vida. La distancia no es impedimento para poder lograr que los corazones de las personas vibren y a la vez que vibren los nuestros.

Posiblemente ya hemos desechado muchos juguetes y también muchas relaciones, y a pesar de que no cuidáramos bien nuestros juguetes de niños, hoy tenemos la oportunidad de que aprendamos a cuidar bien nuestras relaciones de adultos.

Hay regalos mucho más caros que los juguetes, celulares de última generación o tabletas electrónicas, estos son difíciles de encontrar y mucho más difícil regalarlos. Lo complicado, es lo que no se compra con dinero, pero que se requiere de una gran inversión para obtenerlo: es el tiempo.

Lo mejor que podemos regalar en esta navidad es nuestro tiempo de calidad a nuestros seres amados, a nuestra familia, pareja, amigos. La envoltura también será compleja, porque este regalo, debe de ir rodeado de cariño, sonrisas, buenos momentos, palabras de aliento. Me parece también, debe tener una bonita tarjeta, que no puede estar escrita de otra forma, más que con letras de amor dictadas con las palabras precisas del corazón.

Lo más importante es que estos regalos no son perecederos, y además los cuidamos y guardamos por mucho tiempo en un lugar muy especial.

¡Feliz Navidad! espero recibas, muchos regalos, pero sobre todo, tengas ya preparados todos los regalos que darás. ¿Y a ti, que te inspira regalar esta navidad?

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