¿En dónde estás? La pregunta no tiene que ver con el espacio físico, más bien tiene que ver con el espacio-tiempo. Algunos nos perdemos en un pasado que por diferentes circunstancias aún no podemos superar, otros, estamos perdidos en un futuro que aún no llega, y que además ni siquiera tenemos la garantía de que llegará. Otros tantos nos encontramos en un presente, pero con “hubiera”, le hubiera hablado, hubiera ido, lo hubiera intentado, me hubiera esforzado, es decir, ya estamos aquí, lo aceptamos, pero también nos perdemos en ese “hubiera” que no deja de agotarnos de manera mental, emocional y sentimental.

Esto pudiera parecer un problema menor, pues solo se trata de que no tengo ubicación temporal, pero es más serio de lo que en realidad pensamos, debido a que nos perdemos de muchas cosas; es como los padres que no conviven mucho con sus hijos debido a que se la pasan trabajando para que sus hijos tengan un mejor futuro, y resulta que cuando ese futuro por fin llegó, los años ya no vuelven para tener la oportunidad de volver a jugar con ellos.

Es como aquel o aquella estudiante que no disfruta de su proceso de preparación académica, porque solo cree en la culminación de sus estudios, para poder “ser alguien en la vida” y una vez que terminamos nos damos cuentas que nos perdimos de mucho en el camino; convivencias, amistades ¿qué sé yo?

A lo mejor también en este momento que estás leyendo estas líneas, a través de tu teléfono inteligente, te estás perdiendo de la oportunidad de convivir con los que tienes allí de manera inmediata, pero no te vayas aún, ya lo empezaste, ya termínalo.

¿En dónde estás? Tal vez ya tengas una idea de la respuesta, pero ahora la verdadera pregunta importante es ¿en dónde quiero estar?

Tengamos presente que todo es temporal, las emociones, los sentimientos, los pensamientos, incluso las personas y los conocimientos, no hay forma alguna en la cual nosotros podamos regresar al pasado y cambiar algo que no me haya gustado. Solo a través de la experiencia obtenida y aplicándola en nuestro diario vivir, nos queda no cometer los mismos errores en el presente, y poder voltear con ojos de esperanza hacia el futuro, pero sobre todo una esperanza fundamentada en los cambios genuinos qué he realizado. Como decía Albert Einstein, no se puede esperar resultados diferentes haciendo siempre lo mismo.

¿Qué puedes hacer hoy, para no tener los mismos resultados de ayer? No lo sé, yo aquí no vengo a dar respuestas, yo solo vengo a regalar preguntas, si las aceptas, tú regálate las respuestas. Pero te comento algo que a mí me ha ayudado, es respirar, sentirme de manera profunda, observar hacia mi alrededor, disfrutar de quienes tengo aquí de manera inmediata, disfruto de escuchar a esas personas importantes, observo lo que la vida me regala y trato de ser consciente de ello. En serio funciona, respirar y observar es un buen inicio, pero esa es mi forma de ubicarme de manera consciente en el presente, cada quien encuentre la suya.

Cuando estés con tu familia, no estés pensando en el trabajo, cuando estés en el trabajo, deja las situaciones familiares por un momento, concéntrate en lo que estás y con quienes estás, a lo mejor no volteas al pasado o futuro, pero pretendes ser omnipresente, y eso tampoco es posible.

¿Qué te está preocupando hoy?, ¿qué te impide ver con claridad el mañana? Tal vez, solo es la falta de observación en el hoy. No te aferres tanto, recuerda que la vida tiene fecha de caducidad y nadie sabe en qué momento llegará la nuestra, por lo pronto permíteme repetirte la pregunta: ¿En dónde estás?

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