Ya es el segundo mes del año, para que se vea más cabalístico vamos a ponerlo así, es 02 del 2022, para la gran mayoría de las personas, es un año que iniciamos, con sueños, metas, objetivos y propósitos. Seguramente también para muchas personas, el propósito fue perder peso, y eso es bastante bueno, incluso sano, no por estándares de belleza, sino por estar saludables. El sobrepeso provoca diversas complicaciones de salud, de manera física, simplemente con el hecho de sentirnos más ligeros, podernos mover o caminar con mayor facilidad, como dicen cuerpo sano, mente sana.

Si este es tu caso, algo fundamental es idear un plan para lograr el objetivo: alguna sugerencia es ir de la mano con alguien especialista en nutrición, algún entrenador que nos asesore con los ejercicios adecuados a nuestro cuerpo, practicar algún deporte, en fin cada caso es particular, no hay forma que la misma receta funcione para todas las personas.

Todo esto esta muy bien, pero pocas veces nos enfocamos en perder otro peso que es importante detectar y que además es sumamente dañino, también es crucial que lo perdamos, debido a que puede causar enfermedades severas en las personas, me refiero al peso de las opiniones.

¿Qué tan dañino es?, el peso de las opiniones es tan inmenso que en ocasiones nos deja inmóviles, nos detiene a realizar lo que en algún momento nos atrevemos a soñar, pero nos cuesta tanto cargar con él, que no nos permite avanzar. Imagínate que decides perder el peso de la opinión de los demás, ponerte a dieta sería como escuchar menos opiniones de las personas y ser más selectivo en a quienes les damos el poder de opinar sobre nosotros.

¿Cuánto peso? ¡Imagínate! Si ya de por sí, es bastante pesado enfrentar nuestro propio miedo al salir de lo conocido para emprender algo totalmente nuevo para nosotros, y si ahora le agregamos que nos preocupa mucho lo que vayan a opinar las personas a nuestro alrededor. Hay un momento en que no podemos identificar que pesa más en nosotros, si nuestros propios miedos o el miedo a ser juzgados.

Necesitamos descargar todo el peso excedente de opiniones que cargamos con nosotros, en ocasiones las que más pesan son las de nuestros seres queridos, que estoy seguro de que la gran mayoría no son mal intencionadas. Tenemos que tener presente que las opiniones de quienes nos rodean, están cargadas de sus propias experiencias no de las nuestras.

¿Por qué necesito la opinión de los demás? Esta es una buena pregunta que tendríamos que hacernos todos, pero en la respuesta es donde se encuentra el verdadero reto. Indagar en lo más profundo de nosotros y ver porque ocupamos la validación de las personas, incluso antes que la nuestra.

Se entiende que somos seres sociales y una de las necesidades que tenemos todos los seres humanos es el sentido de pertenencia. Bajo esta perspectiva ¿qué estoy dispuesto a sacrificar con tal de pertenecer?

Una forma de ir perdiendo ese peso que cargamos, es realizar actividades que nosotros deseamos y nos gustan. Ayudará si lo hacemos de manera constante, no para buscar ser buenos o destacar en ello, que si ese fuera el caso esta bastante bien, pero en primera instancia es por el simple y solo hecho de disfrutar de aquella actividad, sin que nos importe el que dirán.

Por supuesto que tampoco podemos ser extremos y dejar de escuchar a los demás, únicamente que tenemos que hacernos responsables de nuestro libre albedrío para decidir con sabiduría, lo que queremos para nosotros, y no quedarnos como dice la letra de alguna canción de Arjona: “estar en medio de lo que soy, y lo que los demás quisieran”.

¿Qué tanto peso quieres perder? ¿Qué tanto quieres avanzar? Sería mucho más fácil y liberador caminar con mucho menos. ¿Tú qué piensas? Yo considero que sí, es momento de perder ese peso que cargamos de más.

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