Al cierre de 2021, en el Diario Oficial de la Federación se publicó el Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres 2021-2024 y el Programa Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes 2021-2024, que tienen como objetivo principal articular a las distintas instancias gubernamentales, modelar sus acciones, focalizar recursos y evaluar sus resultados para incidir, desde la consolidación de políticas públicas, para la atención de dos graves problemas que aquejan a la sociedad mexicana: la violencia contra las mujeres y la protección de los derechos de la niñez en nuestro país.
En el primer programa se hace un análisis de la realidad en que viven miles de mujeres víctimas de la violencia. Entre los avances que contempla, se destacan que, en primer lugar, se reconoce a este fenómeno como un problema transversal; que existe falta de coordinación entre las instituciones; las deficiencias en la capacitación especializada y en el análisis de medición de riesgos para la tramitación de órdenes de protección, así como la carencia de información, datos y estadísticas de temas indispensables para el diseño de políticas públicas integrales.
A partir de este diagnóstico, se plantean acciones y estrategias de los que se destacan cuatro objetivos prioritarios: Disminuir las violencias contra las mujeres, mediante la implementación de medidas preventivas de los factores de riesgo; promover servicios de atención integral especializada para mujeres víctimas de la violencia; fomentar la procuración e impartición de justicia con perspectiva de género para asegurar la sanción, reparación del daño y la no repetición, e impulsar acciones de coordinación que permitan institucionalizar en el Estado Mexicano la erradicación de la violencia contra las mujeres.
El segundo de los programas tiene como finalidad garantizar el pleno ejercicio, respeto irrestricto y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes (NNA) relacionados con su supervivencia y desarrollo, así como su protección integral y restitución en caso de se vean vulnerados, a partir también de un diagnóstico que identifica en sus principales causas y efectos, así como los problemas más graves que padecen.
Ilustra lo anterior algunos datos que se desprenden del mismo. Ahí se precisa que en 2020, la población total NNA en México fue de 38.2 millones (50.7% hombres y 49.3% mujeres), de los cuales el 23.9% sufre carencia alimenticia mínima; hasta 2015, poco más de 33 mil eran residentes de algún Centro de Asistencia Social, entre otras causas porque son vulnerados en su mismo hogar o su familia, y 7.1% realiza una ocupación no permitida. Tan sólo en ese año –precisa– se registraron 16,814 egresos hospitalarios por lesiones consecuencia de la violencia que sufrieron y 2,398 fueron víctimas de homicidio, una escalofriante cifra de 6.5 menores de edad al día. Estos, entre otros datos de una larga lista, nos muestran la disparidad y crudeza social que enfrentan miles de NNA en nuestro país.
Reconocer la dimensión del problema por las instancias involucradas en su atención, es el primer paso para lograr una solución efectiva: plantear un programa con objetivos específicos y la evaluación puntual de su cumplimiento. Un paso importante para proteger a las mujeres y la niñez de nuestro país.