Este año se conmemora el 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), adoptada el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), luego de las atrocidades que la humanidad atestiguó durante la Segunda Guerra Mundial, considerando que los derechos humanos son la base de la libertad, la justicia y la paz, como lo proclama en su preámbulo y nos lo recuerda la ONU, que con este motivo ha lanzado la iniciativa DUDH75.

La iniciativa DUDH75 –señala la ONU– tiende a que esta histórica celebración dé un nuevo impulso y reavive el espíritu que logró su aprobación hace 75 años, así como que renueve el consenso mundial sobre los derechos humanos, en una época en la que se afrontan graves retos.

Sobra destacar el valor y la trascendencia que ha tenido la DUDH. Sin duda, alcanzar su consenso entre 58 naciones del mundo en un periodo de apenas 2 años, no obstante, las grandes diferencias que acusaban en cuanto a sistemas políticos, origen racial, religión, entre otras más, es uno de sus mayores méritos.

Se trata además del instrumento que ha sido fuente de las principales convenciones internacionales de protección de derechos adoptadas con posterioridad y de los marcos jurídicos tutelares en el ámbito del derecho doméstico de los países del orbe, como México.

En opinión de Mauricio del Toro, son varias las notas que distinguen a la DUDH de otros instrumentos anteriores, entre otras, que es el primer instrumento internacional que contiene un catálogo integral de derechos y libertades fundamentales con alcance y pretensión de universalidad adoptado por la comunidad internacional. Así también, que involucra deberes no sólo para los Estados, de modo que son sus destinatarios, todas las personas, instituciones, grupos, pueblos, territorios no autónomos y naciones que integran el mundo entero, lo que le da el carácter de universal.

Otro aspecto que destaca es su referencia a “derechos humanos y no a “derechos del hombre” y el reconocimiento a los derechos de las mujeres, recordándonos la relevante participación que algunas de ellas tuvieron, a pesar de representar una minoría.

La ONU por igual evoca la intervención de mujeres tan destacadas como Eleanor Roosevelt, delegada de los Estados Unidos de América ante la Asamblea General y primera presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, quien desempeño un rol trascendente en la redacción de la DUDH, así como Hansa Mehta, delegada de la India ante la Comisión a quien –apunta la ONU– se atribuye el mérito de sustituir en el artículo 1 de la DUDH la frase “Todos los hombres nacen libres e iguales” por “Todos los seres humanos nacen libres e iguales”.

Sin omitir a la feminista dominicana Minerva Bernardino, quien asumió la defensa para la inclusión de “la igualdad del hombre y la mujer" en el preámbulo, a la pakistaní Begum Shaista Ikramullah que defendió la igualdad de derechos en el matrimonio, que consideraba una forma de combatir el matrimonio infantil y el matrimonio forzado. Así también a la danesa Bodil Begtrup quien pugnó por la referencia en la DUDH a “todas las personas” como titulares de los derechos, en lugar de a "todos los hombres"; y a Marie-Hélène Lefaucheux, a quien se debe la inclusión en el artículo 2 de la no discriminación por razón de sexo.

Esta conmemoración ha de ser motivo para reflexionar sobre la amplia brecha que aun existe entre la declaración de derechos y su goce efectivo; las grandes desigualdades que persisten y vemos crecer; la discriminación, el racismo, los discursos de odio y la misoginia que no logramos erradicar, para tomar conciencia de que tal como se proclamó en 1948, los derechos humanos son la base de la libertad, la justicia y la paz.

Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
 

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