Al igual que cualquier empresa, los partidos políticos y los candidatos han creado estructuras para administrar y hacer más eficiente su comunicación hacia su público objetivo, pero muchas veces sólo se preocupan de ello en tiempo electoral, su único mecanismo para tomar decisiones se basa en sondeos o encuestas de opinión y la forma de atraer votantes es a través del contacto físico.
El COVID 19, no solo nos obligó a limitar el contacto social, por lo que el relacionamiento con los votantes no puede ser el mismo que en pre-pandemia, sino que además nos forzó a volvernos cada vez más digitales. Expertos sostienen que prácticamente evolucionamos en un año, lo que podría habernos tomado cuatro.
En este nuevo escenario, cualquier experto en campañas electorales del pasado no puede suponer que las nuevas elecciones van a comportarse igual. De hecho, es muy probable que los electores nunca regresen por completo a sus patrones de comportamiento y consumo que tenían antes de la pandemia.
Ante este nuevo panorama, las estrategias de campañas deben basarse en datos, que desafortunadamente las encuestas tradicionales no están proporcionando tanto por el rezago - llevan con el mismo modelo desde el siglo pasado -, como por el sesgo que generan por el mismo hecho de encuestar a una persona.
Tampoco son representativas de la diversidad demográfica, generacional, cultural ni emocional de los individuos de una nación, tendría que ser un censo para poder lograrlo y además se quedan cortas por ser una fotografía de una realidad en el tiempo y por lo mismo no pueden anticipar el futuro.
Por lo mismo, el nuevo modelo de inteligencia para campañas políticas debe basarse en el procesamiento de datos en tiempo real y predictivo del comportamiento de las masas y de los expertos.
Esto se logra a través de:
Analizar el comportamiento social digital de los usuarios de medios digitales tanto de lo que dicen, como de lo que no dicen, sin sesgo, eliminando bots y trolls de la conversación.
Ingestar toda la data pública, social y de grupos relacionada con el comportamiento de los electores lo que permite estudiarlos tanto a nivel general como individual y así analizar segmentos de comportamiento relativo a eventos coyunturales sin sesgo.
Desplegar análisis históricos, en tiempo real y predictivos que permitan procesar los datos bajo demanda a manera de “video” y no solo de “fotografía” del comportamiento social digital de las audiencias.
Prospectar el futuro identificando patrones de comportamiento, determinando escenarios y prediciendo el resultado de los mismos.
Midiendo el comportamiento cognitivo y emocional, la acción o inacción y su relatividad con los principales eventos de la agenda pública nacional e internacional de los usuarios de medios digitales.
Lo más importante no es lo que las personas dicen, sino lo que no dicen. Y la ciencia de datos, aplicada para campañas políticas tiene que convertirse en la fuente principal de información para los estrategas de campaña en México y en el mundo. El tiempo nos dará la razón.
Socia Fundadora y Directora de Metrics
@XimenaCespedesA