¿Violencia? No, no se puede resumir en violencia, se dice asesinato, violación, homicidio. No es solo violencia, no les gritan, las golpean y las matan. No es en México, es en el mundo entero, las secuestran y las golpean, y eso es violencia, las asesinan, las violan, las apuñalan, las mutilan, insisto, las matan. La palabra violencia se queda pequeña frente al lamentable resultado.
Llamemos a las cosas por su nombre, las asesinan y no regresan a casa. Además la casa no ese lugar del que nunca debieron salir, deben salir de casa por supuesto, el problema es que deben de volver sanas y salvas.
Mientras utilicemos el término violencia contra las mujeres, en lugar de “asesinan mujeres”, y mientras digamos que el problema es que salen de casa, en lugar de que no regresan, ninguna autoridad va a tener la potestad de articular una respuesta política.
Aquí falla todo el mundo menos ellas.
Una justicia ciega, torpe, lenta y poco preparada frente a este problema, unos gobiernos incapaces de articular acuerdos, o con políticos poco preparados en materia de comunicación que son capaces de responder que son “provocaciones” no vamos bien.
No, no son provocaciones, es hartazgo, miedo, rabia, coraje, las palabras están para utilizarlas en su debido momento, o para callarlas cuando no se sabe qué decir.
Hay ley que no se aplica, hay políticos poco preparados, jueces insensibles que son los que generan por su pasividad, la ola de las manadas (violaciones masivas) en España, y ahora en México donde son mutiladas, violadas y asesinadas.
Las mujeres no provocan, ni cuando se ponen una minifalda ni cuando pintan un monumento. Defender romper el patrimonio no es una opción, pero tiene solución, romper una familia porque tu hija no regresa no da opción a nada. No es lo mismo aunque quieran comparar.
No señores, mientras la cobardía siga en los políticos y en la justicia, dependemos de la valentía de las mujeres en la calle. Si la violencia contra las mujeres no es capaz de unir a México a favor de ellas, el problema no es la violencia, es la falta de valores.
Hemos perdido los valores y es por culpa de los políticos, que no quede duda. Dividen, insultan, utilizan electoralmente, no digo todos, pero si demasiados.
Cuando en un país lo que impera es que la derecha está en contra de la izquierda, el norte en contra del sur, los blancos contra los morenos, los nacionalistas contra los federalistas, o en México los chairos contra los fifís, nadie está a favor de nadie, y aquí y ahora, o se está del lado de la mujer, sin fisuras, o solo queda romper monumentos, que no arregla nada, que es reprochable, pero más lo es salir de casa, y no regresar.
Una vez más, el mal llamado sexo débil, sale a demostrar, que lo débil es una clase política incapaz de proteger a nadie, aquí y en Roma. Mujeres o jóvenes, trabajadores o inmigrantes, cuando no hay valores y sí enfrentamiento, la sociedad solo nos regresará dolor.
No las violentan, las matan, a las cosas por su nombre.