López Obrador ha evidenciado, reiteradamente, su incomodidad porque sus decisiones son revisadas, testimonio de ello son sus expresiones de que no le vengan con que “la ley es la ley” o que su “autoridad moral está por encima de la ley”. Así o más clara su ambición en busca de encontrar el código que le permita abrir la puerta del absolutismo para tener el control que da el autoritarismo.
En las democracias modernas el sistema funciona a la inversa, la idea central es que ninguna determinación del Estado quede sin ser sancionada por otra en la que se evalúe su legalidad, sin importar su origen o nivel, desde la legislativa, administrativa o judicial, todas son objeto de análisis, la razón es porque hay un bienes superiores como el interés general y el orden.
El morenista todo lo ha intentado, enmiendas constitucionales, ataques a la Judicatura con el propósito de desprestigiarla, gestos que salen de toda lógica republicana siendo el colmo de la gravedad la confesión en una de sus mañaneras de haber atentado contra la potestad de los Jueces y con ello manipular sentencias, discurso en el que, por cierto, exteriorizó su consternación cuando se enteró que los juzgadores deben de ser independientes, no lo sabía o fingió ignorarlo.
Una de las características del cesarismo es el acechamiento y destrucción de los órganos autónomos, mientras en otras latitudes se les fortalece en la nuestra se les desaparece. ¿De no lograr los porcentajes para la operación de las iniciativas qué caminos le quedan al actual régimen para alcanzar sus objetivos? Esperar. A finales de este año pasará a retiro el Ministro Luis María Aguilar Morales, luego en febrero de 2026 Don Jorge Mario Pardo Rebolledo, en noviembre del 2027 ocurrirán dos más, Don Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Don Alberto Pérez Dayán, lo que significa que la próxima Presidenta tendrá la facultad de proponer a cuatro personas cercanas para sustituir a los togados que se van.
De ganar Claudia Sheinbaum al final del sexenio veremos en el Pleno la integración de un aplastante bloque de Ministros pro 4T y una minoría de contención, entrañando la captura del máximo Tribunal, sin reforma, y así influir el sentido de sus opiniones que evidentemente validarán la función gubernativa, como ya lo podemos constatar en las intervenciones de las Ministras Lenia Batres, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel.
El cálculo está hecho, no hay necesidad de confrontación, ni de espinosos procesos legislativos que acarrean concertaciones que no son del agrado del Ejecutivo, habituado a que es todo o nada, simplemente es sentarse y dar tiempo al tiempo, continuar difamando, señalando y denostando a un Poder que no está entrenado para el debate, es fácil vencerlo.
Lo que nos queda es impedir la construcción de mayorías calificadas en las Cámaras, de permitirlo estaremos condenados a ser gobernados bajo una visión autocrática sin que la podamos contradecir, haciendo inútil el sistema de defensa que actualmente contempla la propia norma fundamental, como lo es el amparo.
Lo peor es haber caído en la trampa de perseguir a Zaldívar, con ello se descubrirán los oscuros pasillos de Pino Suárez.
Defendamos esta Corte, es una espécimen en peligro de extinción.