La dinámica pública devora todo, no solo son las candidatas, sus campañas, también el ejercicio del poder. López Obrador ha dejado en claro su concepto de democracia, para él significa que nada debe estar por encima de su voluntad, ni aun cuando esta sea la Constitución.

El propósito de iniciar un juicio para sancionar al Ministro Pérez Dayán, dibuja el carácter absolutista de la mal llamada Cuarta Trasformación, no saben que la ley no habla por sí sola que requiere de la interpretación elaborada por seres humanos facultados para ello, la propia norma dice quiénes y cómo lo deben de hacer, es un mecanismo de protección que la preserva, esa es responsabilidad de los Jueces.

Es el Poder Judicial de la Unión el guardián permanente del orden, tienen el compromiso de destruir aquello que le atente sin importar la jerarquía de quien lo emite así sea del Primer Mandatario o el funcionario más modesto de un municipio, esa tarea hace que se conserve el derecho que garantiza la certeza de que el actuar de la comunidad será en apego a la regla, cimiento distintivo de las sociedades que viven en paz, por cierto el mayor anhelo de los mexicanos.

Hay que sumar la desatención al evento del 5 de febrero y peor aún el anuncio, justo en ese día, del ‘paquete de reformas’, la postura muestra el deseo de crear un entramado jurídico a modo, en el que se les permita transitar bajo la lógica del momento alejándose de los axiomas que cohesionan a los mexicanos, ratificando la idea de que la voluntad presidencial no sea contenida.

En la República, los equilibrios son la constante, con ellos nadie pierde, con esa práctica ganan las libertades porque el respeto a la división de poderes hace que se fortalezcan los valores que nos dan seguridad de pertenecer a una sociedad que se distingue por la legalidad, en sentido inverso, la construcción de un Estado que concentra las decisiones en una persona agravia los postulados de la del 17, ese es el objetivo del Lopezobradorismo.

Andrés Manuel no comprende el sistema de pesos y contrapesos republicano, reniega de ello; si su reforma eléctrica no se ajustó a los principios que nos unen la Corte estaba obligada a mandarlo al cesto de lo repudiable es función que debemos aquilatar, por eso su naturaleza de Suprema, máximo tribunal.

Este país ha vivido décadas de insulto al derecho, ha sido el Poder Judicial quien mantiene la Unión Federada, no el Ejecutivo. El desprecio al precepto, el vilipendio a los Jueces, el señalamiento público como un gran inquisidor del medievo muestra la verdadera intención de un transitorio movimiento que curiosamente llegó por el acato institucional que los actores hicieron en su momento, esos que ahora la 4T busca eliminar.

La historia nos muestra momentos difíciles para el país, el de hoy puede ser el mayor, se instrumenta la supresión de la esencia del pluralismo, las acciones del Presidente ponen en serio peligro el liberalismo, pretendiendo dominar un patrimonio histórico que no le pertenece, claramente ignora que la República no es

de su propiedad, permitirlo pone en serio riesgo al eje concentrador de la vida patria, el hasta hoy vigente Pacto Federal.

Los nubarrones del desconcierto producto del mando único se avecinan, veremos si la Nación resiste los embates o sucumbe al horror del autoritarismo.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS