Por: Víctor Carreón Rodríguez y Miguel Guajardo Mendoza 

En México, la inclusión financiera en materia de ahorro va en retroceso y son las mujeres las más afectadas derivado de la existencia de una discriminación estructural en su contra. Además de ser las que están saliendo del mercado en números absolutos, también están sumándose menos mujeres que hombres al mercado formal de ahorro.

De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, realizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en nuestro país la población sin ahorros aumentó 31%, es decir en 2021, un total de 7.8 millones de personas respondieron no tener acceso a este mercado. De éstas, la mayoría, 4.4 millones, son mujeres. Además, mientras que la participación de los hombres en el mercado formal de ahorro creció 70%, la participación de las mujeres aumentó únicamente 15%. Esto implica que las mujeres obtienen menos rendimientos de sus ahorros al no tener acceso a productos formales.

Otro aspecto preocupante es que la brecha de acceso al ahorro entre hombres y mujeres que tienen una cuenta de ahorro formal se amplió de 100 mil en 2015 a ¡3.3 millones de personas en 2021! Asimismo, la brecha es mayor en relación con la cuenta de ahorro para el retiro, pues la diferencia es de casi seis millones de personas.

Aunado a todo eso, las mujeres también están en desventaja en cuanto al monto y destino de sus ahorros. Las mujeres ahorran cantidades de dinero más pequeñas que los hombres; la proporción de hombres que ahorra más de un mes es de 43%; mientras que la de mujeres es de 36%. Además, 41% de las mujeres destinan sus ahorros a cubrir necesidades de alimentación, pago de servicios o consumo personal; mientras que una mayor proporción de hombres los destina a inversión.

La solución al grave problema de discriminación de género en el mercado de ahorro apunta en dos sentidos principales. Por un lado, para lograr la inclusión de las mujeres al mercado de ahorro necesitamos que ellas cuenten con productos financieros más accesibles y personalizados. Es decir, productos financieros más cercanos a las necesidades de las mujeres, quienes en este caso, tienen montos de ahorro más pequeños, destinados principalmente a cubrir gastos de alimentación, pagos de servicios y gastos personales, lo cual implica disponibilidad inmediata de sus recursos.

Por otro lado, necesitamos que se incorporen y desarrollen más modelos tecnológicos de plataformas de finanzas digitales, las cuales están especializadas en atender necesidades cada vez más específicas con diferentes soluciones accesibles.

Estamos hablando de que soluciones tecnológicas que disminuyan los costos de transacción de los participantes, principalmente las mujeres, deben ser impulsadas por parte de los reguladores. La llegada de nuevas tecnologías, principalmente el uso de inteligencia artificial y ciencia de datos están revolucionando los mercados financieros, con productos cada vez más personalizados, con provisión de más y mejor información a menores costos, etc.

En resumen, es determinante revisar, entre otras cosas, las barreras de entrada que existen en el mercado de ahorro para removerlas y permitir el acceso a nuevos participantes. La evidencia es clara: se requieren intervenciones encaminadas a mejorar el diseño de productos financieros, reducir los costos de acceso, impulsar la innovación y nuevas tecnologías y revisar los esquemas de regulación vigentes en el mercado de ahorro en México, todo en beneficio de los usuarios, sobre todo de los segmentos que históricamente han estado desatendidos, como las mujeres.

Estudio completo en:



Víctor Carreón, investigador del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas del CIDE. 
Miguel Guajardo Mendoza, investigador de El Colegio Mexiquense.  
 

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