Ya con los equipos definidos que estarán en la Copa del Mundo, se inicia el juego de las suposiciones, la generación de escenarios, y los posibles cruces.
Sin embargo, hay un elemento que va a ser muy complicado de medir y que, en una muestra estadística, le rompe toda validez. El simple hecho de que el torneo sea en noviembre-diciembre cambia todo. La estadística del verano, en términos abstractos y matemáticos, deja de tener injerencia. La razón es simple: el contexto principal ha cambiado mucho.
Una de las principales teorías, y que en Europa se está analizando cada vez más por los medios deportivos, es que a pesar de que los jugadores tendrán poco tiempo para “acoplarse” con sus selecciones, la realidad es que al menos los europeos vendrán de estar jugando a tope en sus Ligas domésticas. Cosa que en el torneo veraniego no sucedía: Los jugadores que militaban en las Ligas europeas venían de vacaciones, fuera de ritmo de competencia por los “largos” periodos de descanso que suelen tener y, aunque tenían un poco más de tiempo para preparar el Mundial, no era lo suficiente.
Así hemos visto a selecciones como Francia, Inglaterra y la misma Alemania fracasar o no alcanzar las expectativas esperadas en alguna Copa. Y aunque esto bien puede aplicar para “todo el mundo”, la realidad es que los torneos americanos son diferentes, especialmente los que cuentan con torneos cortos (México no es el único)¿Cómo llegarán los jugadores europeos a sus selecciones, viniendo de competir a tope en las demandantes Ligas del primer orden?, ¿los beneficiará, como argumentan algunos?, ¿permitirá que alguna estrella en ciernes llegue en un momento y “desbanque” a otros que se veían como titulares?
¿Qué con las lesiones?, ¿habrá tiempo para recuperarse?, ¿cómo impactará esto a las Ligas?, ¿habrá jugadores que se “cuiden” para llegar sanos al fin de año? Lo que queda claro es que será diferente. Es complicado prever el comportamiento humano ante una situación inédita y Qatar 2022 lo va a ser. Ahí va a estar gran parte el atractivo.
Si nos ponemos a buscarle, encontraremos diferentes aristas y ángulos para ver —país por país— lo que puede representar esto. Seguro, unos se beneficiarán más que otros, y al final será quien mejor gestione la relación talento, trabajo y equipo, el que obtenga lo que cada quien defina como éxito.
Preparémonos para lo nuevo y diferente. Veamos cómo se desenvuelve. Hay una frase que me gusta y que creo que cae como anillo al dedo: “En el futbol, prefiero ser historiador que profeta”, y más en este Mundial.
@vic