Dura semana para el cronismo deportivo, con el sensible fallecimiento de

. Y es que es imposible no sentirlo para todos aquellos que amamos el deporte. La forma en la que me enteré del suceso es signo de nuestros tiempos. Tengo la costumbre de entrar a Twitter y revisar los trending topics del día en México (temas del momento), y fue ahí que las palabras Rudo , Arturo Rivera , Atlante , aparecían enlistadas y —al explorarlas— se informaba del lamentable fallecimiento de uno de los impulsores de la lucha libre a nivel mediático y narrativo.

Desde un punto de vista mucho menos emocional, me parece muy interesante que alguien no asociado con millennials, centennials o generaciones jóvenes, que se supone son la gran masa que usa los medios sociales, le dieran espacio a esta noticia. Hay algo más en juego. Si bien, a estas generaciones les hemos cargado muchos adjetivos, incluyendo el cinismo, al detenerme a leer los comentarios que se hacían, había de todo.

Algunos que me llamaron la atención fueron los que mencionaban que —gracias a sus narraciones— se acercaron a la lucha libre . Es decir, para ciertas generaciones, hay nostalgia y melancolía por lo vivido a edades tempranas. No es, entonces, que don Emilio Fernando Alonso haya sido muy bien recibido por los fanáticos cuando se anunció su presencia en TUDN y que el famoso “Al pie del cerro del Quinceo ” volviera a la mente de muchos niños (hoy adultos-jóvenes) y se transportaran a esa época, o bien, la frase de “La pelota está en el fondo” , que se extraña en la televisión abierta y ahora vuelve en la señal de Hi! Sports , que le ha dado un espacio a Raúl Sarmiento .

Estas audiencias de fans, como cualquier humano, son capaces de desarrollar las mismas emociones que cualquier otra generación y, aunque parezca que para conocerlos hay que tener conocimientos de alquimia e investigaciones altamente complejas, la realidad es que detrás del cinismo y la ligereza que parecen ser su bandera, hay mucho más. Tiene que ver con lo que consumen, cómo lo consumen y a qué velocidad lo consumen, y aún así, generan nostalgia. Como cualquier otra generación.

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Las voces que acompañan al deporte y a sus aficionados son muy importantes para seguir manteniendo el espíritu de cualquier juego, por ejemplo el futbol, que en nuestro país es el mayor referente, y esas voces también se vuelven parte del soundtrack de nuestras vidas, porque son voces que nos acompañaron y nos relataron las batallas épicas que nos hicieron vibrar.

Se instalan y nos acompañan; quizá, en cierto momento las desdeñamos y las vemos como parte de lo viejo y representan al status quo, pero luego llega el momento en que se valoran y nos transportan a esa época en la que “éramos felices y no lo sabíamos”. Por eso, no podemos dejar de mencionar a Arturo Rivera , sin que nos venga a la mente “Los rudos, los rudos, los rudos... Y el Atlante ”. No hay mejor homenaje.

@vic

 
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