Los pronósticos de crecimiento económico para 2023 se han estado ajustando al alza consistentemente desde el inicio del año. No sobra recordar que a estas alturas de 2022 había algunas instituciones financieras que consideraban que México entraría en una recesión o tendría para este año una tasa de crecimiento negativa. Los pronósticos estaban en gran medida fundados en la probabilidad de una recesión en Estados Unidos que hubo quien pronosticó con un nivel de 100%.
La actividad económica ha sido este año mucho mejor de lo estimado. La recesión no llegó a Estados Unidos —reiterando la enorme complejidad de pronosticar ciclos económicos— y eso permitió un crecimiento importante. México cerrará el año con un aumento mayor a 3%.
Pero este ha sido un sexenio en el que la narrativa sobrepasa a la realidad y la economía no es la excepción, algunos datos a cinco años de la administración nos permiten tener una visión un poco más centrada.
El PIB, en términos reales, ha crecido en los años lopezobradoristas 4.15% en total. No hay que menospreciar el choque económico de la pandemia durante 2020, pero tampoco hay que olvidar el nulo apoyo que se dio al empleo y a la producción cuando sí había margen de endeudamiento a pesar de lo que se haya dicho en su momento. En promedio, la economía mexicana ha crecido 0.83% por año, menor al crecimiento comparable de los sexenios de Peña, Calderón, Fox, Zedillo y Salinas. Incluso suponiendo que el año entrante creciéramos a una tasa de 3.5%, el crecimiento promedio anual sería inferior al de los sexenios de Peña, Fox, Zedillo y Salinas y similar al de Calderón.
En términos per capita todavía estamos debajo de la producción que se tenía en 2018 y este no será el año en el que se recupere. El que este haya sido un buen año, no significa que todo el sexenio lo haya sido, al menos en el plano económico.
Hemos visto un gran crecimiento en las cifras recientes de inversión, pero si tomamos distancia temporal, los datos cuentan otra historia. La inversión ha crecido, en lo que va del sexenio, 33%. El promedio por año de las administraciones previas muestra que en la administración de Calderón y Fox fue superior a 10%, en la administración de Peña fue 6.7% y en periodos comparables del presidente actual, ese porcentaje es 7.4%. Podemos hablar todo lo que queramos de nearshoring y las posibilidades que se aproximan, pero los datos están ahí. Hay que destacar, sin embargo, que una métrica deseable es que la inversión como porcentaje del PIB, en países con el nivel de desarrollo de México, sea 25%. Con los datos recientes, la fracción actual es cercana a ese número.
En lo que toca a empleo formal, se habla de los máximos históricos que se alcanzan mes tras mes. Lo que sería sorprendente es que ese número, dada una población que —hasta el momento— siempre crece, se estancara o disminuyera de forma consistente. Los datos muestran que la tasa de crecimiento del empleo formal registrado en el IMSS, más o menos una tercera parte del mercado laboral, ha sido 10.21% en los cinco años de gobierno. En los promedios anuales, durante la administración pasada y la anterior el crecimiento anual fue 4.17% y 2.9%, respectivamente. El dato comparable de este sexenio es 2.04%.
Los datos están ahí. La narrativa también. Usted elige.
@ValeriaMoy