Universidad Iberoamericana

La protección de la salud de las personas migrantes en la Ciudad de México; un reto colectivo.

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08/09/2024 |02:50
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Autor de OpiniónVer perfil

Samantha Mino Gracia

Programa de Asuntos Migratorios

En el norte de la ciudad de México se ha gestado una pequeña comunidad que es diversa y pluricultural. La calle Clave, lugar en el que se encuentran antiguos rieles de unas vías del tren, es el espacio en el que se establecieron decenas de familias que están a la espera de tener condiciones de vida dignas.

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Durante una de mis visitas a este campamento observé a una familia mexicana que se acercó a compartir ropa y pañales. De entre las casas de campaña se percibían a niñas y niños que asomaban sus rostros con curiosidad por la llegada de personas externas al campamento. Mujeres de origen afrodescendiente con bebés en brazos se acercan para saber lo que ofrecen. A lo lejos, se escucha la voz de una mujer venezolana: “Por favor, usted reparta la ayuda para que nos llegue a todos”.

La permanencia en estos asentamientos irregulares que se encuentran en diversos puntos de la Ciudad de México y zona metropolitana puede ser de tres hasta seis meses, o más. Algunas personas están a la espera de obtener el reconocimiento de la condición de refugiada en México, o de obtener una cita para ingresar a Estados Unidos como solicitantes de asilo. Provienen de distintas partes del continente americano (Haití, Venezuela, Ecuador, Cuba, Honduras, Guatemala, etc.) y de otras partes del mundo (como Angola, China, India, Afganistán, etc.). Están huyendo de condiciones de pobreza, violencia, marginalidad, debido a emergencias ambientales, o incluso han sido despojadas de sus tierras o bienes naturales. También ocurre que la migración forzada es producto de la interacción entre estos diversos factores.

Bajo estas condiciones, la protección de la salud se convierte en una necesidad prioritaria. Existen graves afectaciones a la salud relacionadas al tránsito migratorio: al llegar a México, las personas migrantes tienen cuadros de salud caracterizados por enfermedades respiratorias, gastrointestinales, musculares, padecimientos dermatológicos, así como infecciones urinarias o de transmisión sexual, entre otras (MSF et al, 2020). Además, provienen de lugares con sistemas de salud debilitados, con graves carencias en medicamentos o infraestructura hospitalaria. Incluso, esta situación puede ser un detonante de la migración de familias con integrantes que padecen enfermedades crónicas o degenerativas, o viven con alguna discapacidad. A esto se suman las necesidades de atención a la salud sexual y reproductiva, la cual se ve gravemente afectada debido a las diversas formas de violencia presentes en territorio mexicano, incluida la sexual. La atención a la salud durante el embarazo, parto y puerperio es de preocupación particular, ya que en casi todos los campamentos hay mujeres embarazadas o con bebés recién nacidos.

El trabajo de acompañamiento que realizan los albergues ha favorecido la creación de rutas de canalización para la atención a la salud en los servicios públicos. Sin embargo, aún existen barreras debido a la discriminación y la xenofobia. Las detenciones migratorias arbitrarias, o los desalojos forzosos de los campamentos por parte de las autoridades encargadas de la gestión migratoria, son acciones que incrementan las afectaciones a la salud física y mental de las personas migrantes. En el caso de las detenciones, las personas son orilladas a buscar rutas migratorias que les coloca en mayor riesgo de ser víctima de violencia por parte de grupos criminales. O bien, se ha observado que niñas y niños han presentado cuadros de pánico a causa de los desalojos, tal como ocurrió la noche del 5 de junio de 2024, en la Plaza Giordano Bruno.

La protección de la salud de las personas migrantes es un reto colectivo, no solo para los servicios de salud públicos y privados, sino también para las comunidades de tránsito y de destino que cohabitan en una ciudad santuario, como es la ciudad de México (según lo marca la Ley de Interculturalidad y Atención a Migrantes), y con programas y modelos de atención a la salud sexual y reproductiva especializados e incluyentes. Sin olvidar que es una ciudad con un modelo de atención para la Interrupción Legal del Embarazo con 17 años de antigüedad.

Referencias bibliográficas

MSF (2020). Sin salida, la crisis humanitaria de la población migrante y solicitante de asilo atrapada entre Estados Unidos, México y el Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA). Médicos Sin Fronteras. Disponible en: . mx/sites/mexico/files/attachments/msf-mexico-sinsalida-cast-web_1.pdf

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