Tal y como se ha difundido en diversos medios, incluido este espacio de opinión, ya está en circulación mi último libro llamado: “Los filósofos en la era tecnológica, los pitagóricos de hoy”, una obra que busca exponer una corriente filosófica de la edad antigua cuyo legado ha encarnado en algunos líderes tecnológicos de hoy.

El libro se distingue por cuatro elementos vinculados entre sí: 1) los antiguos filósofos griegos; 2) las matemáticas; 3) los actuales líderes tecnológicos, y por último lo más misterioso o audaz, 4) quiénes son los actuales filósofos pitagóricos.

Así comienza el texto: “Si volvemos al pasado y reflexionamos sobre las primeras civilizaciones y sus enseñanzas, podemos observar que buscar la exactitud en el orden de la naturaleza no era suficiente, también había que explicar su efecto en el ser humano. Nos remontamos al origen de la filosofía, cuyos primeros exponentes eran matemáticos además de filósofos. Ahora tenemos que algunos líderes tecnológicos o digitales, a través de sus invenciones, pretenden filosofar de acuerdo con esta similitud con la antigua Grecia, pero tampoco podemos soslayar que sus invenciones trastocan para bien o para mal el comportamiento humano; por ello las máquinas han revolucionado a la industria. No sólo eso, sino que esta era tecnológica ha cambiado la forma de convivir entre nosotros. Las nuevas empresas, la mayoría ubicadas en Silicon Valley, están modificando el mundo y, más profundo aún, están pincelando el futuro de la humanidad”.

Por ello, desde el inicio partimos de la interrogante: ¿qué relación hay entre los pensadores de las culturas antiguas y la revolución tecnológica? La respuesta te sorprenderá, pues la búsqueda de las explicaciones y el conocimiento del todo es el motor que impulsó en el pasado el desarrollo del pensamiento abstracto a través de las matemáticas, traducido miles de años después al lenguaje cibernético por los precursores de las empresas tecnológicas desde donde hoy en día se genera, desarrolla y produce una parte del conocimiento.

El oráculo actual comienza cuando estos nuevos pitagóricos se conocen en 1995 en Stanford, la moderna academia análoga de Platón. Larry Page (tenía entonces 24 años), licenciado por la Universidad de Michigan, visita Stanford con la idea de matricularse en el doctorado de informática. Sergey Brin (de 23 años) formaba parte del grupo de estudiantes que tenían que acompañar a los visitantes por el campus. Larry se dedicó a construir un motor de búsqueda que fue parte de su tesis doctoral y fue entonces cuando sumó a su equipo al experto de las matemáticas, Brin, para construir su sueño, hoy el oráculo de la era tecnológica. Sus innovaciones tecnológicas han revolucionado nuestra vida, llegando hoy al campo de la inteligencia artificial.

El número más venerado por los pitagóricos fue el 10, del que se dice que es un número triangular, pues es la suma de una secesión de números cada vez más grandes: 1 + 2 + 3 + 4 = 10. Su naturaleza triangular se hace evidente cuando estos números se representan por puntos en líneas sucesivas, mismo número que tiene un significado con el nombre de Google.

Recientemente ha salido la sentencia en el juicio que he seguido contra la empresa pitagórica (Richter vs Google), la cual deriva de un blog difamatorio llamado Ulrich Richter y sus chingaderas a la patria en el servicio de blogspot. El fallo, como comprenderás, está inmerso en los números, y por ende en las matemáticas, pues una de las reclamaciones contra el oráculo moderno es sobre los daños punitivos, cuyos dos elementos fundamentales son: castigo y disuasión.

Así que se trata de una sentencia pitagórica basada en los números de los pitagóricos de Google.


Autor del libro “Los filósofos en la era tecnológica. Los pitagóricos de hoy”.
@UlrichRichterM


 

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