El mundo tecnológico no se escapa del imperio de la ley, los genios-gurús, o como les llamo, los actuales pitagóricos enfrentan problemas con la justicia en diversas latitudes.
Como he dado cuenta en este espacio, en mi columna titulada “Entre ángeles y demonios en el mundo tecnológico”, Francia dio un duro golpe a Pável Dúrov, dueño de Telegram, por lo que ahora se encuentra sentado en la silla de los acusados.
Otro genio pitagórico, aliado de Donald Trump, es Elon Musk, cuya red social “X” ha sido suspendida en Brasil, lo que generó una fuerte pugna con el experimentado político y presidente, Lula da Silva.
El imperio americano, por segunda ocasión, presenta un juicio en contra de Google por monopolio relativo a la publicidad, recordando ya la sentencia histórica de este año (agosto) en que lo declararon un ente monopólico en cuanto a su motor de búsqueda.
Esta demanda del gobierno del presidente Biden, presentada en un juzgado de Alexandria, Virginia, es llevada ante la jueza federal Leonie Brinkema.
La nueva reclamación apunta que Google participó en prácticas anticompetitivas y sistemáticas por más de una década, es más, advierten que así ocurrió en ciertos rubros por al menos 15 años y que desvió el gasto publicitario de los editores a su propio negocio de tecnología publicitaria.
La dura acusación del departamento de justicia americana señala a Google de dominar el sector a través de adquisiciones y de manipular las reglas de las subastas de anuncios para su propio beneficio.
Así que los denunciantes son el gobierno de Biden, representado por la Comisión Federal de Comercio y el propio fiscal general Merrick Garland. La conclusión de estas autoridades que demandan es que: “Un monopolio ya es malo. Pero lo que tenemos aquí es un triplete de monopolios”, han dicho en la apertura del juicio.
Asimismo, algunas de las pruebas presentadas versaron sobre la percepción que tuvieron los trabajadores del gigante tecnológico cuando la empresa decidió encabezar el campo de la tecnología publicitaria.
Respecto a las pruebas del juicio, han divulgado: “Seremos capaces de aplastar a las otras redes y ese es nuestro objetivo, dijo David Rosenblatt, expresidente de publicidad gráfica de Google, sobre la estrategia de la compañía a finales de 2008 o principios de 2009.”
La vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google Lee-Anne Mulholland alegó que los usuarios eligen a Google porque su tecnología es sencilla y eficaz.
La defensa del gigante tecnológico oscila, como ya sabemos y como ha ocurrido en otros juicios, en que son parte de la salvación del mundo, que ha impulsado al sector y que su éxito no es ilegal.
Es un hecho que el concepto original que nos entusiasmó con el despegue de la tecnología era muy prometedor: estaríamos mejor informados y con ello tendríamos mayores opciones y libertad en el mundo on line; pero como empresa creativa se ha mostrado totalmente tradicional o aún con más énfasis en los excesos de las prácticas comerciales, lo que claramente va en detrimento de los usuarios. Es por ello por lo que hoy en diferentes frentes se cuestiona con acciones legales la actuación de esa bigtech.
En el balance al momento muestra que Google ha recibido las multas más altas de la historia, en 2022 la Unión Europea le impuso una de 4 mil 125 millones; otra en 2021 por 2 mil 400 millones y en 2019 una de mil 500 millones, más de mil millones en multas.
El actual oráculo de la era digital no ha parado de recibir embates por su actuar depredador y, por lo que sabemos, existen otras demandas que van a tener entretenido a más de un vicepresidente de dicho gigante, tanto legal como regulatorio.
Así que la justicia cada vez arrincona más al todopoderoso Google, que con todo y sus algoritmos ya tiene varias condenas en su contra y, más aún, cada mes se da un nuevo juicio, no sea que el siguiente sea también otro escándalo, pero ahora en tierra azteca.
Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales. Autor del libro “Los filósofos en la era tecnológica. Los pitagóricos de hoy”.
@UlrichRichterM