Al principio de la semana se dio cuenta de la renuncia de importantes militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Políticos con experiencia abandonan las filas tras décadas de pertenecer a esa organización. Los que anunciaron su salida fueron Miguel Ángel Osorio Chong, ex Secretario de Gobernación, exgobernador de Hidalgo y Senador; Eruviel Ávila, exgobernador del Estado de México y Senador; Claudia Ruiz Massieu, excanciller, ex Secretaria General del PRI y senadora; y Nuvia Mayorga, senadora, más los que se acumulen. Acusan a Alejandro 'Alito' Moreno de ser el responsable de la crisis tricolor al haber perdido la gran mayoría de las gubernaturas en lo que va de su dirigencia, además de cerrar el partido a voces disidentes.
Los senadores que dimitieron no se sumarán a Movimiento Ciudadano (MC), toda vez que continuarán como senadores sin partido. Al menos por el momento.
“No nos dejan otro camino. Y lo último que no podemos perder es la dignidad. Y no es lo que el partido era y le dio a México. Nos quedamos sin partido”, comentaron algunos senadores.
Debido a tales renuncias, la bancada del PRI en el senado, dirigida por Manuel Añorve, pasará a ser la cuarta fuerza, ya que se quedará con solo nueve integrantes, dejando a MC como la tercera fuerza, lo inimaginable.
Lo que en su época tener una parte del PRI significaba tener una porción del premio mayor de la lotería, hoy ya no lo es. Así fuera tener a uno de los sectores como el obrero, popular o campesino, esto implicaba un gran peso dentro del partido y una fuerza en las negociaciones de las candidaturas locales y federales.
La bolsa del premio en estos últimos cuatro años se ha visto muy mermada, como si le hubieran hecho un orificio. En efecto, habrá que analizar quién le hizo este boquete que fue desinflando la bolsa de los premios. Podría ser la 4T, los pleitos internos de los miembros del PRI, o el liderazgo de Alejandro “Alito” Moreno. Tan solo recien temente con Alito han perdido 11 gubernaturas, y han perdido fuerza en los congresos locales.
La historia del emblemático y poderoso PRI pasa por un capítulo crítico rumbo al 2024, su peso ya se cuenta en pedacitos y, por ello, con poco valor. Así que nadie querrá acercarse al expendio de la lotería para adquirir un cachito del partido tricolor, sino más bien a los que todavía les quedan algunos van a ver qué hacen con ellos antes de su caducidad.
En estas circunstancias, ni los niños gritones de la lotería querrán cantar al son de lo que por muchos años era: “premio mayor”, “premio mayor”.
Parece que de seguir ese partido por la misma ruta y si su élite se empecina en empujar sus propios intereses más que los de su leal y entrona militancia, o los de quienes aspiran a liderar el Frente Amplio, dichos cachitos serán para coleccionarse en un álbum de estampitas de la historia política de México. Y si hablamos del Melate, nadie hubiera pensado que en pocos años la 4T casi aniquilaría al emblemático instituto político. Ahora están en el suelo los pedacitos y nadie los quiere levantar.
Así que con estos cachitos del PRI, su valor popular no alcanza ni para la rifa de una kermés. Ni hablar, triste historia de un partido que cae a pedacitos.