En el recinto de la justicia, por las noches se escucha que se abren y cierran las puertas sin observarse a persona alguna que entre o salga por las múltiples oficinas del significativo inmueble
Cuenta la leyenda la versión respecto a que, en el emblemático edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se escucha la presencia de un espíritu que recorre los impresionantes y largos pasillos de la majestuosa obra arquitectónica del edificio de la Corte.
No solo eso, sino que también en la Biblioteca de la Corte, por las noches se prenden las luces y se escucha como si se sacaran libros de las estanterías percibiéndose el hojear de las páginas, por ello, es donde más a menudo se percibe la presencia de este espíritu. Incluso, por la mañana los encargados de la misma se han percatado que en los anaqueles curiosamente faltan varios ejemplares, y que los ficheros se encuentran abiertos señalando los libros que alguien, en la noche anterior, consultó.
Una de estas obras ha sido encontrada y no precisamente en la Biblioteca, sino en el Salón del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Así que el libro predilecto del nuevo inquilino del Palacio de Justicia es “El espíritu de las leyes”, cuyo autor es Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y Barón de Montesquieu, filósofo y jurista francés de la Ilustración.
Escribió Montesquieu un sinnúmero de obras, entre ellas: “Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos”, “Ensayo sobre el gusto”, “El templo de Gnido”, “Cartas Persas”.
“El espíritu de las leyes” fue realizado, como repito, por el Barón de Montesquieu en 1748, dicha obra refiere a la relación de los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial enfocándose en un “equilibrio de poderes”. Desde la Revolución Francesa en 1789 y todas las Constituciones de índole liberal, refieren la separación de poderes que proponía Montesquieu, incluso en el planteamiento de dicho texto la mencionada separación es considerada la base teórica de la política moderna en occidente.
Él pertenece a esta línea del Republicanismo Clásico junto con otras aportaciones de varios teóricos, filósofos y políticos de diferentes siglos como, por ejemplo: Polibio, Cicerón, Aristóteles, Maquiavelo, Milton y Harrington.
Al parecer no es el único libro que ha desaparecido, cuentan los bibliotecarios que falta “La Política” de Aristóteles, “La República” de Platón, entre otros. Así que el inquilino que recorre el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación podría ser: Montesquieu.