Una vez que se llevó a cabo el segundo aniversario del arribo al Poder Ejecutivo Federal, se dio a conocer la renuncia de Alfonso Romo, quien tenía a su cargo la Jefatura de la Oficina de la Presidencia.

El anuncio lo hizo el propio presidente Andrés Manuel López Obrador en su cuenta de Twitter, quien también enfatizó: “Poncho está más en mi visión de que lo importante no es el cargo, sino el encargo. Él me ha ayudado y me seguirá ayudando”.

Romo Garza fue de los pocos empresarios que, con valentía, se sumaron públicamente al movimiento de López Obrador.

En el citado periodo una de las tareas más difíciles para el entonces candidato y presidente electo Andrés Manuel López Obrador era buscar ese término medio, equilibrar entre los muy ricos y los muy pobres.

Al respecto, su prioridad son los muy pobres, pero reconoce que debe sumar a la clase empresarial y, tan lo sabe, que consideró en ese entonces al empresario Alfonso Romo Garza, quien en enero de 2017 aceptó coordinar el Proyecto de Nación 2018-2024, y depositó la coordinación en manos de una ciudadana republicana, Tatiana Clouthier Carrillo. Posteriormente lo designaría como su Jefe de Oficina de la Presidencia.

El 19 de febrero de 2019 se llevó a cabo una reunión entre el Presidente y los principales empresarios mexicanos para, incluso, limar cualquier aspereza que se hubiere suscitado desde la cancelación del nuevo aeropuerto en diciembre de 2018, y se presentó el Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y Crecimiento Económico, presidido por el jefe de gabinete, Alfonso Romo Garza, con el fin de buscar la inversión de la clase empresarial y el crecimiento económico, amén de fortalecer la relación entre la iniciativa privada y el nuevo gobierno mexicano. Uno de los oradores oficiales de dicha reunión fue el propio Alfonso Romo, quien retomó el mensaje conciliador y los objetivos del plan, manifestando: “Necesitamos una inversión consistente. La consigna es crecer, crear riqueza para todos y hacerlo en un marco de paz laboral”.

Sin duda alguna es uno de los hombres más cercanos y con mucha influencia; su veto pesaba así como su recomendación era escuchada, es decir, uno de los hombres que tenía voz y voto, aunque algunos lo nieguen, al principio del sexenio influyó en algunos nombramientos.

Hombre discreto, equilibrado, pieza clave en la interlocución con el empresariado mexicano, y lo distingue su pasión: #PorMéxico.

Autor del Libro “El Ciudadano Republicano y la Cuarta Transformación”.
@UlrichRichterM

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