Las elecciones presidenciales en México representan un momento crucial en la vida democrática de nuestro país, ya que determinan el rumbo que habremos de seguir para los siguientes años, además de ser una expresión fundamental de la voluntad de los mexicanos. En este sentido, la participación de más del 60% de la población en esta reciente contienda electoral, nos permite reconocer la madurez de nuestra democracia y el compromiso cívico cada vez mayor de los mexicanos.
Desde la perspectiva de la procuración de justicia y como parte del gabinete de seguridad, puedo afirmar que el proceso electoral se llevó a cabo dentro del marco de la legalidad y en este sentido, a pesar de algunos conatos aislados que fueron detectados y controlados adecuadamente gracias a la coordinación entre instituciones, es posible afirmar que la justicia electoral se ha hecho presente, lo que garantiza que han sido justas, y ante cualquier duda, los tribunales electorales están listos para recibir todas las denuncias.
Los representantes y funcionarios de casilla, verdaderos protagonistas de esta fiesta democrática, instalaron alrededor de 170 mil casillas en todo el país y fueron responsables de contabilizar y reportar el conteo de cada uno de los votos en estas elecciones. Ahora toca al Instituto Nacional Electoral (INE), con el aval del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) presentar el veredicto en los siguientes días y con ello dar por terminadas las elecciones de este año, las cuales resultaron muy participativas; testimonio de la consolidación de nuestra democracia.
Aun en estas condiciones, es natural que haya inconformes que construyan una narrativa para hablar de ilegalidades en el proceso. Sin embargo, es fundamental que cualquier acusación se presente formalmente, con la evidencia necesaria y ante las autoridades correspondientes, pues solo de esta manera se puede poner en tela de juicio la integridad de este histórico proceso electoral. De lo contrario, cualquier acusación sin fundamento solo causa daño al ejercicio democrático que acabamos de protagonizar todas y todos los mexicanos que salimos a votar.
Estas elecciones marcarán un hecho histórico para todos nuestros libros de historia, pues con la elección de la primera Presidenta de México, damos paso a todas las mujeres mexicanas para continuar con estos logros del género femenino sobre la vida social de nuestro país. El triunfo de una mujer y su llegada a la Presidencia representa sin duda alguna la llegada de todas las mujeres mexicanas al poder y junto con ello, el compromiso de todas las instituciones, incluyendo a nuestra Fiscalía, para seguir haciendo justicia con un enfoque de género.
En resumen, esta jornada electoral tuvo un desarrollo ejemplar, la participación ha sido muy alta y eso nos habla de una fortaleza democrática. La ciudadanía cada vez se involucra e informa más, no sólo de los procesos electorales, sino de todo lo que involucra la vida pública del país. Y al mismo tiempo, podemos decir que tenemos instituciones cada vez más robustas para garantizar el desarrollo de las elecciones, y más allá, como proteger la democracia.