Un proceso penal en México siempre implicará costos económicos y no económicos que van desde optar por contratar un defensor o un asesor jurídico privado, cuyos honorarios pueden ser muy variados, hasta el gasto por copias autenticadas y gastos personales como el desplazamiento a los juzgados y la pérdida de días laborales. Aunado a ello, también están los otros costos, aquellos conocidos como costos no económicos como son: el estrés emocional de enfrentar un proceso penal, la estigmatización social, la afectación sobre la salud física por desgaste o agotamiento emocional, por mencionar solo algunos.

Frente a estas situaciones, mecanismos como la mediación (poco conocida para la resolución de conflictos) resultan alternativas valiosas, ya que ofrecen una vía más rápida, menos costosa y adversarial. Además de permitir que las partes involucradas lleguen a acuerdos satisfactorios sin pasar por un proceso judicial prolongado.

En la Ciudad de México contamos con un marco legal robusto para la mediación, a través de la normatividad establecida en instrumentos como son la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias en Materia Penal, la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, la Ley General de Víctimas, el Código Nacional de Procedimientos Penales y el Código Penal para el Distrito Federal; además de directrices y protocolos establecidos por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México en materia de Mediación.

Esta normatividad no solo respalda la implementación de la mediación, sino que también garantiza su efectividad y accesibilidad, asegurando que todas las partes involucradas tengan la oportunidad de resolver sus diferencias de manera justa, equitativa y restaurativa.

En la Fiscalía General de la Ciudad de México, desde el 2017, contamos con las Unidades de Mediación y con las Unidades de Mediación en Procuración de Justicia para Adolescentes y Adultos, que hoy en día contribuyen a la resolución de delitos como son las amenazas, el daño a la propiedad, el despojo, el abuso de confianza, el fraude, el homicidio culposo, los actos de maltrato o crueldad en contra de animales, el incumplimiento de la obligación alimenticia y la discriminación, por mencionar los más comunes.

También es importante destacar que no todos los delitos son susceptibles de mediación. Por ejemplo, aquellos delitos de alto impacto que implican violencia familiar o que son no querellables (homicidio, secuestro, robo calificado o trata de personas), no pueden ser resueltos mediante estos mecanismos. En estos casos, el sistema de justicia penal debe seguir su curso regular, con los procesos judiciales formales que busquen asegurar la protección de la sociedad, la defensa de los derechos de las víctimas y la imposición de sanciones adecuadas a la gravedad de los delitos.

Las Unidades de Mediación de la Fiscalía están diseñadas para ofrecer a los ciudadanos un proceso rápido, sencillo y gratuito, donde los involucrados pueden resolver sus diferencias en un ambiente de paz y diálogo.

El proceso de mediación en estas Unidades está diseñado para garantizar confidencialidad, lo que significa que la información tratada en las sesiones no puede ser divulgada en favor de ninguna de las partes. Durante estas sesiones, una persona servidora pública actúa como facilitadora, asegurando que ambas partes puedan expresarse y proponer soluciones de manera equitativa.

Las personas que participan en estos procesos de mediación tienen derechos específicos, como recibir información clara sobre el procedimiento, ser tratadas con respeto, y participar sin ser presionadas o intimidadas. También tienen la libertad de concluir el proceso en cualquier momento si así lo desean.

Para acceder a los servicios de mediación, las personas interesadas pueden acudir directamente a una de las 19 Unidades de Mediación que tenemos en la Ciudad de México. Además, si el conflicto ya ha sido presentado ante el Ministerio Público, también se puede solicitar que el caso sea derivado a una de estas Unidades para su resolución. Iniciar un proceso de mediación solo requiere que presente una identificación oficial, proporcionar el nombre completo y domicilio de la persona o personas con quienes se tiene el conflicto, y expresar la voluntad de participar en la mediación.

Es así que, a través de las Unidades de Mediación, la Fiscalía General de la Ciudad de México, fortalece la cultura de paz y la justicia restaurativa; proporcionando a la ciudadanía herramientas efectivas y accesibles para resolver disputas de manera rápida y equitativa, enfocándose en la reparación del daño y la restauración de las relaciones.

Para concluir, si usted desea conocer las ubicaciones de las Unidades de Mediación, puede consultar la página de la Fiscalía o comunicarse al teléfono de la Línea Directa 55 5345 5000. Estamos para servirle.

Encargado del despacho de la FGJ-CDMX

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