Esta semana compartimos el más reciente informe mensual de la Alerta por Violencia Contra las Mujeres, en el que destacamos una serie de resultados derivados de las acciones de investigación y persecución del delito que realizamos desde la Fiscalía para dar atención a los casos de violencia de género.
El informe reconoce acciones como la coordinación con las Abogadas de las Mujeres, desplegadas en 61 Agencias del Ministerio Público, para ayudar a garantizar la Perspectiva de Género (PeG) desde el inicio de las investigaciones, y de esta manera favorecer su acceso a la justicia en condiciones de igualdad y respeto a sus derechos; además de ofrecer apoyo a todas ellas para tramitar medidas de protección.
Tuvimos un incremento de 12% en las carpetas de investigación así como un aumento de 40% en las solicitudes de medidas de protección y la aplicación de 256 medidas denominadas “el agresor sale de casa” en coordinación con el Poder Judicial y la Fiscalía; también la ejecución de 87 medidas que han permitido la recuperación inmediata de 98 niñas, niños y adolescentes desde 2022, como medidas de protección en el ámbito familiar y civil.
En materia de Feminicidio, hay una disminución de 18.7% del 1 de enero al 15 de marzo en comparación con el mismo periodo del año pasado; y al mismo tiempo un aumento de 14.28% en el número de imputados. Como consecuencia, es posible reconocer que pasamos de 142 agresores de mujeres vinculados a proceso en enero de 2019, a 252 agresores en marzo de 2024; esto es, un aumento de 77% y en su conjunto un total de 13,949 agresores de mujeres vinculados a proceso, tan solo en este periodo.
La mejora en la seguridad y la protección a las mujeres, junto con un incremento de la responsabilidad judicial y el combate a la impunidad, representa una respuesta efectiva ante la alerta de género; pero también representa un llamado permanente para reflexionar sobre las causas raíz, detrás de todos estos hechos violentos cometidos por hombres -de acuerdo con estudios, la violencia contra la mujer resulta ser algo frecuente y muy asociado al mundo masculino-.
Se vuelve importante trabajar en acciones de prevención y no solo dirigida a las mujeres, sino a los hombres de todas las edades; ya que detrás de cada acto violento cometido por un hombre en contra de una mujer, existen roles de género, estereotipos, prácticas y creencias equivocadas asociadas a la masculinidad, que han sido heredadas y ampliamente aceptadas, no solo por hombres sino por mujeres, que es necesario deconstruir pues en esa medida, no solo estaremos atendiendo la violencia de género desde la prevención; sino que además, estaremos anticipando daños a la salud, a la economía y en general a toda la sociedad en su conjunto, desde la raíz.
Trabajar desde la prevención con hombres de todas las edades; diseñar políticas de seguridad y prevención del delito y la violencia con enfoque de género y masculinidades; así como implementar medidas sociales y educativas que ayuden a los hombres a entender la masculinidad desde una nueva perspectiva; permitirá devolverle un rol a los hombres en esta importante y sostenida lucha que las mujeres desde el feminismo han liderado.