La tesitura de la relación entre Estados Unidos y Vietnam para este 2021 ocurre en momentos en que inicia un nuevo liderazgo en los dos países. En enero el presidente vietnamita Nguyen Phu Trong, fue reelecto por tercera ocasión para un cargo de cinco años como secretario general del Partido Comunista de Vietnam (PCV), en una medida del PCV de apoyo por el liderazgo económico que ha logrado el país bajo esta popular figura política. Mientras tanto, en enero de 2021 Jos Biden asumió el cargo como presidente de los Estados Unidos tras vencer en las elecciones de noviembre de 2020 a Donald Trump. Ambos líderes deberán enfrentar problemas de índole bilateral que no son nuevos.

Los problemas entre los dos países pueden analizarse a varios niveles. A nivel de confianza, los dos países fueron enemigos durante la segunda Guerra de Indochina (lo que marca todavía una posición de cautela entre la clase política vietnamita sobre intenciones de Washington), mientras que Estados Unidos desconfía en presuntas violaciones a los derechos humanos en Vietnam. Este año en mayo el presidente Biden se comprometió a organizar la llamada cumbre “Alianza de las Democracias” para “renovar el espíritu y el propósito común de las naciones del Mundo Libre”, y es probable que Vietnam no sea invitado al evento. El presidente estadounidense ha creado asimismo el cargo de director para democracia y derechos humanos dentro del Consejo de Seguridad Nacional, por lo que se espera que la administración Biden, a través de Kurt Campbell como coordinador para asuntos del Indo-Pacífico, pueda sacar a relucir el tema de derechos humanos de Vietnam.

A nivel económico, durante la administración Trump, Estados Unidos implementó diversas presiones contra Vietnam. En diciembre de 2020 el Departamento del Tesoro estadounidense declaró a Vietnam (junto con Suiza) como “manipulador de su divisa” en su informe anual de 2020 y la Oficina del Representante Comercial advirtió que todo tipo de prácticas a nivel comercial o financiero emprendidas por Vietnam deberían ser enfrentadas. La administración Trump se quejaba que el Dong vietnamita estaba devaluado 8% por debajo del valor real. Esta situación parece haber causado un déficit en la balanza comercial de Estados Unidos con Vietnam para 2020 de 57 mil millones de dólares, por encima de los 47 mil millones ya alcanzados en 2019. Es posible que la administración Biden revise este expediente, el cual sin embargo no llevó a sanciones al término de la administración Trump, y podría significar un punto de tensión entre las dos naciones, ya que esta estructura del comercio bilateral parece estar causando pérdidas de empleos en Estados Unidos, por lo que habrá que esperar el informe sobre recomendaciones de políticas comerciales para Vietnam del Departamento del Tesoro. Sin embargo, Washington continúa considerando a Vietnam como un aliado económico, algo que puede beneficiar a Hanoi. Vietnam está consciente de que, si la administración Biden cambia el tono de las sanciones económicas contra China, Hanoi podría acercarse más a Washington para concretar acuerdos relacionados con las cadenas de suministro para productos cuyo destino será Estados Unidos sin verse abiertamente como un país anti-China, uno de sus principales socios comerciales.

El pasado durante la Guerra de Vietnam podría jugar, irónicamente, como una carta a favor del presidente Biden en sus relaciones con Vietnam. Durante sus años como estudiante de pregrado en la Universidad de Delaware y posteriormente como estudiante de posgrado en la Universidad de Syracuse, Biden recibió cinco aplazamientos para servir como soldado en la guerra y fue finalmente exonerado por supuesta asma y en 1968 obtuvo la clasificación “1-Y”, lo que significaba que solo en caso de emergencia nacional podría ser reclutado. Así, Biden, así como Trump, nunca fue a la guerra. Ahora más de 50 años después, esa historia puede servir para su beneficio en las relaciones con Hanoi ya que es uno de los pocos casos excepcionales de presidentes que no participó en guerra, para beneplácito de algunos políticos del PCV de línea dura.

Un punto de fricción que puede agravarse entre los dos países es el relacionado con la relación de Rusia con Vietnam. El presidente Biden conversó vía telefónica con el presidente ruso el 26 de enero mencionando diversos temas como ciber-espionaje del caso SolarWinds, el precio puesto a la cabeza de soldados de EUA en Afganistán, y la represión contra activistas prodemocracia en Rusia (Alexei Navalny). El tema más relevante es sin duda la posible aplicación de la Ley de Contención de Adversarios de Estados Unidos Mediante la Amenaza de Sanciones (Countering America’s Adversaries Through Threat of Sanctions Act (CAATSA) a socios y aliados de Washington, en caso de que compren armamento ruso. Se sabe que el 80 por ciento de todas las compras de armamento vietnamita proviene de Rusia, por lo que se vería afectada su seguridad, de forma similar a las sanciones impuestas a la India por compra de sistemas de defensa S-400 rusos o de petróleo abastecido por Irán.

En resumen, al parecer la necesidad de consolidar la ya existente relación estratégica entre EUA y Vietnam contra el ascenso de China es más importante que los temas de contención como derechos humanos y acceso a mercados. En particular, la necesidad de frenar ambiciones territoriales de China en los mares será la guía de ruta de la relación entre Washington y Hanoi a través de medidas como ejercicios militares e invitación de portaaviones de EUA a puertos vietnamitas. Desde antes de llegar a la presidencia, Biden ya se había manifestado a favor de fortalecer alianzas en la región asiática, entre ella la que mantiene hasta ahora con Vietnam.

@ulisesgranados

Google News

TEMAS RELACIONADOS