Cerca de la medianoche del 2 de abril de 2020 la embarcación de la Guardia Costera de China 4301 embistió y hundió el barco pesquero de Vietnam QNg 90617 TS con ocho pescadores a bordo en aguas cercanas de la Isla Tritón en el archipiélago Paracel del Mar de la China Meridional , conocido también como Mar del Este por Vietnam. Tras ser rescatados, los ocho pescadores fueron trasladados a otros dos barcos pesqueros vietnamitas que operaban en el área y regresaron a su país. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Vietnam denunció que las acciones violentas de la Guardia Costera China violaron la soberanía de Vietnam sobre las Paracel y provocaron daños a propiedad y pusieron en peligro la vida, seguridad y los intereses legítimos de los pescadores vietnamitas.
En una narrativa totalmente diferente, la Guardia Costera China denunció que fue el barco pesquero vietnamita el que intentó embestir a su barco patrullero y se hundió en el intento. Considerando que el tipo de embarcaciones pesqueras vietnamitas que operan en la zona no pueden compararse en estructura y tamaño a las unidades de la Guardia Costera China como la 4301 es muy improbable una acción de agresión por parte de los pescadores vietnamitas.
Unos días antes, el 30 de marzo, la representación de Vietnam ante las Naciones Unidas entregó una nota verbal al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas reiterando su soberanía sobre sobre los archipiélagos Paracel y Spratly. Más aún, en repudio abierto a la construcción de instalaciones artificiales que ha realizado China en siete formaciones insulares del archipiélago Spratly, el gobierno de Vietnam reafirmó su respaldo a las estipulaciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, en particular del artículo 121 (3) de la convención - sobre el régimen que regula las islas - en la que se estipula que las rocas que no puedan sostener habitación humana o vida económica propia no podrán poseer zona económica exclusiva o plataforma continental.
Mientras tanto, durante una reunión con un representante diplomático chino en Hanoi, la Cancillería vietnamita instó el mismo día a China a no repetir este tipo de acciones, a indemnizar las pérdidas ocasionadas a los pescadores vietnamitas, así como a investigar y a sancionar estrictamente a los funcionarios y buques de la policía marítima china que agredieron al personal vietnamita.
El incidente del 2 de abril es el segundo incidente de este tipo ocurrido en esas aguas entre estos dos países, luego de que en marzo de 2019 otro barco pesquero vietnamita fue hundido por una embarcación chinas en aguas de Discovery Reef en las mismas islas Paracel. En este incidente cinco pescadores vietnamitas fueron rescatados dos horas después. Las Paracel fueron escenario de un enfrentamiento en 1974 entre fuerzas navales de Vietnam y China por el control del archipiélago. Este grupo de islas, llamado Hoang Sa en vietnamita y Xisha en chino, es reclamado totalmente por China, Taiwán y Vietnam.
Ante estas acciones agresivas de la Guardia Costera China, frecuentemente respaldadas por milicias marítimas provenientes de la isla de Hainan, diversos países han expresado su condena. El gobierno de Filipinas expresó su apoyo a Vietnam por este incidente después de que el gobierno de Vietnam presentó la nota verbal ante las Naciones Unidas. El Departamento de Asuntos Exteriores filipino expresó su gran preocupación por las noticias del incidente, particularmente en momentos en que es crucial una postura común para enfrentar la pandemia del coronavirus. La cancillería filipina advirtió que, en momentos en que el Covid-19 representa una amenaza real que exige unidad y confianza mutua, “ni los peces ni las reclamaciones históricas friccionales valen la mecha que se puede prender por tales incidentes.” En apoyo a Vietnam, Filipinas recordó que el pasado 9 de junio de 2019 un total de 22 pescadores filipinos fueron abandonados en alta mar luego de que una embarcación china hundió un barco pesquero en aguas de Reed Bank en el archipiélago Spratly, para ser posteriormente rescatados por una embarcación pesquera vietnamita.
Estados Unidos
, también, expresó el 9 de abril su posición sobre el incidente. El Departamento de Defensa estadounidense anunció en un comunicado su preocupación por las maniobras chinas y denunció que ese comportamiento contrasta con la visión de Estados Unidos de una región del Indo-Pacífico libre y abierta, en la que todas las naciones, grandes y pequeñas, estén seguras en su soberanía, libres de coerción y capaces de perseguir un crecimiento económico consistente con las reglas internacionales y normas. Tres días antes, Morgan Ortagus, vocera del Departamento de Estado norteamericano, advirtió que China está aprovechándose de la atención internacional dirigida a la pandemia sanitaria para consolidar su posición en el Mar del Sur de China. Dijo que, desde el inicio de la pandemia, China ha anunciado el establecimiento de “estaciones de investigación” en sus bases militares que ha construido en el archipiélago Spratly en Fiery Cross Reef y Subi Reef y aterrizado una aeronave militar especial en Fiery Cross Reef.
Un análisis atento de la actitud china en la región puede concluir que, ahora que la armada de los Estados Unidos enfrenta dificultades en el emplazamiento en la región Indo-Pacífico de su portaaviones USS Theodore Roosevelt desde finales de marzo por la epidemia de Covid-19 entre su tripulación y su eventual confinamiento en Guam, la Guardia Costera China, las milicias marítimas y la armada del Ejército Popular de Liberación podrían tener más oportunidades de desplazar impunemente a pescadores y guardia costera de otras naciones con reclamaciones en la zona. Sin embargo, tal actitud tiene el potencial de degradar dramáticamente la imagen de China en momentos en que la comunidad internacional espera precisamente lo contrario de ese país. China debe abstenerse de tensar la situación en el Mar del Sur de China y debe cooperar con los demás estados vecinos del Mar del Sur de China para ofrecer un trato humanitario a los pescadores. Con Hanoi, Beijing debe respetar lo acordado el 11 de octubre de 2011 en el documento “Principios Básicos Vietnam-China sobre la Solución de Asuntos Marítimos” que firmaron ambas naciones a fin de mantener la paz, estabilidad, cooperación y el desarrollo común. Debe asimismo apegarse la Declaración de la Conducta de las Partes (DOC), la cual estipula que, mientras se busca una solución pacífica de las disputas territoriales y jurisdiccionales en esa región marítima, las partes firmantes deben intensificar esfuerzos para buscar formas de construir la confianza en un espíritu de cooperación y entendimiento.
Con estas acciones de hostigamiento contra Vietnam y Filipinas, aunado a las recientemente emprendidas contra las actividades de prospección petrolera de Malasia y contra Indonesia en su zona económica exclusiva, China reitera sus ambiciones hegemónicas en todo el Mar del Sur de China demarcado en sus mapas por las ya famosas nueve líneas entrecortadas, una demarcación que sin embargo es repudiada recientemente por el fallo de la Corte Permanente de Arbitraje del 12 de julio de 2016. A pesar de las declaraciones oficiales a favor de la paz y estabilidad, las persistentes acciones de la Guardia Costera China y las milicias marítimas forman parte de una clara política destinada a garantizar lentamente el control efectivo de esta región marítima, desincentivando cualquier actividad pesquera y de aplicación de leyes nacionales de los demás estados en disputa. Sin duda, esto parece ser un presagio preocupante para los años por venir.
China no debe aprovechar la actual situación sanitaria en el mundo para avanzar su propia agenda, particularmente en momentos en que diversos países parecen dedicados a combatir la pandemia y a relegar a segundo plano otros temas de su agenda de seguridad. Aquí, resulta particularmente constructivo el comunicado emitido por los Estados Unidos, que ha resaltado que ahora más que nunca, y en momentos en que el mundo enfrenta la pandemia del Covid-19, es necesario mantener un orden internacional basado en reglas ya que establece las condiciones para que las naciones enfrenten este tipo de amenazas de una forma transparente, focalizada y efectiva.
Coordinador del Programa de Estudios Asia Pacífico. ITAM