De entre los militantes de los partidos de la izquierda electoral siempre ha habido miembros, promotores, mujeres y hombres solidarios con los movimientos sociales, la sociedad civil, la lucha sindical o agraria. Más la izquierda electoral ha tomado caminos distintos a los de las otras izquierdas y cada vez aleja más a estas del “tesoro” de sus candidaturas. Sus tiempos son independientes de movimientos como el zapatista o el que resultó de la extinción de la Compañía de Luz. No porque no participen sus militantes en ellos, sino porque no definen cambios substanciales de política o de sus representantes en los partidos y gobiernos.
Morena es diversa, en ella se reflejan para bien y para mal la historia política electoral del país y de la izquierda desde la candidatura presidencial de Valentín Campa por el Partido Comunista Mexicano (PCM) en 1976 y la reforma electoral hasta el presente. En Morena, hay gobernadores jóvenes y viejos. Pero los años no muestran sus verdaderas diferencias.
Entre los que tienen más edad y comenzaron su actividad política durante o antes del periodo de conducción de Cuauhtémoc Cárdenas (antes del 2001), se dividen en dos subgrupos que en su momento fueron antagónicos: los priistas que pasaron sin participar en la mayor parte de las luchas democráticas y se incorporaron en coyunturas electorales antes que sociales, generalmente por un rompimiento al no ser designados como candidatos por su partido, y los miembros de la izquierda electoral, que tenía al momento de su incorporación interés y participación en las luchas sindicales, sociales y cuyos miembros eran activistas en ellas. Algunos en el primer grupo son Layda Sansores de Campeche, Lorena Cuellar de Tlaxcala y Alfonso Durazo de Sonora. En el segundo están Rubén Rocha de Sinaloa, Víctor Manuel Castro de Baja california Sur y Salomón Jara de Oaxaca. Por otro lado, resulta falso que todos los gobernadores tengan su origen en el PRI, de hecho los que tuvieron su origen en un partido de izquierda o en Morena son más (12) y representan el 55 por ciento, aunque el grupo de origen priista es importante (8) y representan el 36 por ciento.
La calificación del gobierno depende del gobernador pero en algunos casos la gravedad de los temas es muy grande a pesar de la capacidad que demuestran algunos gobernadores, como Navarro en Nayarit quien es aplicado y honesto pero se encuentra en un escenario complejo. Cabría esperar un mejor desempeño de los gobernadores provenientes de la izquierda pero no se observan diferencias notables entre los dos grupos, aunque el mejor calificado es Rubén Rocha y el peor es David Monreal.
Si vemos las trayectorias en la acera de enfrente el gobernador del PAN salió del PAN, al igual que los que quedan del PRI y en Morena, además del grupo de mayor edad ya se cuentan con los gobernadores propios, que sólo tienen experiencia partidaria y en Morena. Movimiento ciudadano no dio origen a ningún gobernador pero si fue el recipiente que capto a candidatos en busca de un logotipo que los representara. 9 gobernadores dan cuenta, por su origen, de la destrucción lenta del priismo en México cambiaron al PRI y llegaron a Morena, algunos tomaron la vía larga y hasta en 5 partidos distintos han militado (Alfonso Durazo).
Los gobernadores forman parte de la bola que ha ido creciendo al avanzar el movimiento, cuando perdió ímpetu, durante el reflujo, solo una fue la que se sumó (Delfina), mientras que ya en la última ola se sumaron 2, Cuauhtémoc Blanco, de Morelos, que empezó su mandato en 2018 e ingreso a Morena en 2021, y Sergio Salomón Céspedes Peregrina, de puebla que ingreso en 2021 a Morena y en 2022 empezó su mandato y de sus 37 años en la política sólo ha estado 2 en la izquierda.
La presencia de gobernadores con una carrera partidaria, menos social y más burocrática parece el destino del partido que deja de ser movimiento. La selección de candidatos es el resumen de la práctica política, hace falta estar más cerca de los sindicalistas, de los académicos, de los activistas, de las organizaciones sociales. Es sintomático que haya tan pocos de ellas. Si se habla de recomponer Morena, entre los primeros pasos debería de estar el de vincularse otra vez con las otras izquierdas, sin pontificar, con apertura y sistemáticamente. Lo demás, es politiquería.