Hace un tiempo, hablando con un senador (para dialogar se precisa de dos personas), ocurrió que este justificaba todas las violaciones al estatuto de Morena porque así lo disponía el gobernador (cambie o ponga el nombre del estado o de la elección que más le parezca). Esto es, porque era una “indicación”. El término más priista del universo político, y ahora parte de su victoria cultural sobre la izquierda mexicana.

No se dialoga, no se razona. Se indica. No importa lo que piensen otros. Como si por eso la luna dejara de existir, la tierra de girar o el Cruz Azul fuera campeón (ojalá que sí). La indicación era clara y el hecho de que condicionaran el suministro del agua potable era trivial. El único punto de sobresalto ocurrió cuando se le argumentó que si no estábamos para defender derechos, tons ¿para qué estamos?

No se asuste, solo fue eso, un sobresalto. La cerrazón, indiferencia y estulticia del señor continuaron sin pena y sin pausa.

¿Acaso no estamos en la izquierda para garantizar el acceso a los derechos?

Pero este y otros ejemplos son los extremos a los que llegamos cuando las dirigencias se desconectan y se inmunizan de las necesidades de las bases y de la gente. Inmunizar es el verbo, porque la indiferencia sólo se logra cuando no le afecta nada. El dolor ajeno ya no les hace daño. Lo merecen todo, hasta el agradecimiento de quienes pisotean.

El cochupo es un acuerdo previo y, frecuentemente, ilegal o antirreglamentario (colusión dirían). Acuerdo entre dirigencias; alumbrados o deslumbrados. Triste carga en la izquierda desde el PRD de los chuchos. La práctica impide el diálogo, la discusión y la construcción de consensos democráticos. Implica la decadencia de las dirigencias e impide la organización de las bases. Por supuesto, los iluminados frecuentemente son más bien ocurrentes y las bases, más que transigir, aceptan decisiones irracionales, con pesadez, con tal de avanzar.

El acceso al agua se encuentra consagrado en la Constitución. Negarlo es un delito. Bajo amenaza o chantaje es un agravante que sólo se sostiene con el miedo a la autoridad. Deleznable como es, sólo se exige en ausencia de testigos, en condiciones de control, de poder y de indefensión de uno y con una enorme desvergüenza del otro.

Pongo de ejemplo ese derecho porque es incontrovertible y, al presente, necesidad urgente. Hasta allí se puede llegar: anular la historia, la lucha y la ética. Las formas afectan al fondo, lo pueden modelar, acotar, agrandar o, en algunos casos, si no se revierte en tiempo, destruir. Para la recuperación de la izquierda y de Morena la dirigencia nacional no debe dejar pasar las peores prácticas, tendrá que combatirlas, mantener otro comportamiento o solo sera igual a sus antecesores. Bajar del templete y dialogar con la gente.

P.D. El cochupo requiere, por lo menos, de dos. En materia de periodismo y oficinas de incomunicación se entiende comúnmente como embute. Este sólo ocurre cuando uno de los dos es periodista. Pero el cochupo es un acuerdo previo a una decisión, como publicar o votar en asamblea. Los resultados producto de la misma práctica tienen resultados distintos según sea el tema: una nota o una candidatura.

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