El derecho humano a una vivienda adecuada, digna y asequible es fundamental para la salud y la calidad de vida de las personas. La Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas le reconoce como tal desde 1948.

Se calcula que 330 millones de hogares urbanos de todo el mundo habitan en viviendas precarias y alrededor de 200 millones de familias de países en vías de desarrollo viven en barrios marginales. Si la tendencia continúa en la próxima década, conseguir una vivienda digna y asequible será difícil para 1,600 millones de personas (un tercio de los habitantes urbanos en el mundo).

En este contexto y ante los numerosas desafíos que enfrenta el desarrollo urbano en las grandes ciudades del mundo, un importante número de éstas se han sumado a la misión de promover espacios urbanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Una de las principales preocupaciones de las grandes metrópolis tiene que ver con los tiempos de desplazamiento diario de las personas. Los ciudadanos de la Unión Europea viajan 27 km al día, con una duración media de 80 minutos; en China, 14 millones de personas en 44 grandes ciudades tienen un desplazamiento diario de más de 60 minutos; en América Latina, el tiempo promedio de viaje de ida al trabajo en transporte público en Bogotá es de 83 minutos, mientras que en Buenos Aires es de 76 minutos, y en la zona metropolitana del Valle de México 71 minutos, de acuerdo con datos de movilidad oficiales.

Para atender estos desafíos, se ha planteado un modelo, a nivel global, que permita modificar estas condiciones en las grandes ciudades: “la ciudad de los 15 minutos”. Su objetivo es el de construir ciudades descentralizadas y multiserviciales para las personas. A través de una cuidadosa planificación, los residentes puedan acceder a sus necesidades vitales y a los servicios públicos en un tiempo promedio de 15 minutos a pie o en bicicleta.

Este objetivo está siendo aplicado en ciudades chinas que han desarrollado un modelo llamado “cír culos de vida comunitaria en 15 minutos", cuya misión es que lo residentes de las zonas seleccionadas puedan satisfacer sus necesidades de compra, alimentos y servicios domésticos a 10 minutos a pie de su casa. Así como el entretenimiento, ocio, atención sanitaria, cultura espacios de esparcimiento a 15 minutos.

El Ministerio de Comercio chino ha promovido la planeación y construcción de los "círculos de vida comunitaria" en distintos municipios del país. Inicialmente se seleccionaron cuatro megaciudades chinas representativas: Beijing, Shanghai, Shenzhen y Wuhan. Con un total de 80 proyectos piloto actualmente se benefician aproximadamente 40 millones de habitantes.

El modelo contempla los siguientes criterios:

-Proceso de planificación participativa y acción comunitaria;

-Construcción de espacios verdes comunitarios como parte de la infraestructura urbana que permiten mejorar la salud de los residentes y la calidad del medio ambiente de la comunidad;

Los principales servicios e instalaciones son escuelas, clínicas de salud, instalaciones deportivas y culturales, centros comunitarios, supermercados y comercio;

-Renovación de casas residenciales como elemento clave para mejorar el entorno, la calidad de vida y conservar los valores históricos de los barrios;

-Mejorar el espacio público a través de la remodelación de las calles, incluyendo el diseño y mejora del mobiliario urbano y cableado subterráneo;

-Enfoque en los adultos mayores a través de la renovación de infraestructura existente y la construcción de nuevas instalaciones para su cuidado.

En América Latina, por ejemplo, Bogotá y Buenos Aires han adoptado políticas inspiradas en el concepto que se esta desarrollando en el país asiático, como respuesta a los desafíos que afrontan las grandes urbes.

Especialista en temas asiáticos

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